Sábado, 30 de abril de 2016 | Hoy
Por Andrea álvarez
Mientras escribo esto escuchando su música (que es lo único que escucho desde que supe de su inesperada muerte) entre lágrimas pienso: ¿qué me genera Prince? Muchas cosas: calentura, excitación, sonrisa en la cara, ganas de moverme, de perderme en ese lugar, ese misterioso lugar desde donde se genera esa música, ese vivo, ese todo.
Prince apareció en mi vida en los 80 y ya desde lo visual me hizo abrir los ojos como faroles. Y me dio ganas de tirarme de cabeza a lo que sea que era todo eso. Resume lo que me gusta: la música negra, blues, funk, Hendrix, Sly and the Family Stone y esos solos de viola rockeros letales. Y por supuesto los vivos increíbles: Prince es caliente, nunca tibio, nunca una comodidad, siempre al límite y bien arriba, Un atleta en el escenario dando no solo un gran show visual sino entregando una calidad en la interpretación musical única. Esos shows sin un segundo de falla. “No nos odien por ser fabulosos” decía al finalizar actuación junto a Beyoncé. ¡Qué te voy a odiar Prince: te amo con mis tripas!
Y todo lo hacía exagerado, pasado de rosca, como una torta de chocolate con mousse de chocolate cubierta de chocolate un domingo a la tarde.
Y además, Prince logró algo fundamental: confirma y pone de moda, por decirlo de alguna manera, a las mujeres músicas en el escenario pop rock mainstream. No como algo decorativo accesorio sino como protagonistas. No existe un show de Prince sin minas que la rompan en su banda. Y una de ellas es crucial en su vida (y en la mía): la extraordinaria percusionista, baterista y cantante Sheila E. Es un ícono femenino de los parches desde fines los 70 hasta hoy. Y también, claro, son icónicas Wendy and Lisa, Rhonda Smith, y sus otras bateristas femeninas: Sheila, Cora y actualmente Hanna Ford, magnífica. Apenas algunas de las que mujeres que brillaron a su lado.Hasta las bailarinas eran coristas de primer nivel mientras se movían de una manera incendiaria.
Cuando me puse a recordarlo escuchando sus discos me di cuenta que hacía rato que no lo tenía entre mis preferencias y me pregunté el por qué. Claro: Prince tomó la postura de no subir su música a las redes y eso hizo que no te lo cruzaras en posteos ni navegando ni en Spotify y lamentablemente los pibes de ahora se lo pierden (a menos que compres su música o tengas Tidal)
Toda una actitud en estos tiempos. Un universo paralelo.
Mientras escucho el vivo de Lovesexy Tour donde se mezcla el funk, rock, el blues y hasta el jazz sin dejar un segundo de respiro, pienso en que querría abrazarlo, darle un beso y agradecerle. Te amo y te amaré siempre. You sexy motherfucker.
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