Con una capucha negra, un ex asesino a sueldo del narcotráfico mexicano habla a cámara durante 80 minutos, ubicado en la habitación donde él mismo ha realizado algunos de sus “trabajos”. En eso consiste básicamente la película El sicario: habitación 164, de Gianfranco Rosi, que forma parte de las proyecciones especiales del décimo DocBsAs. Experto en secuestros y torturas, del hombre sin nombre ni rostro que cuenta sus memorias como sicario narco se sabe que fue durante años comandante de la policía de Chihuahua, y hasta recibió entrenamiento del FBI. La película está basada en un artículo que el periodista norteamericano Charles Bowden publicó en la revista Harper’s. “Un amigo mexicano me mencionó que estaba escondiendo a un sicario de las leyes internacionales y de la organización narco que le había puesto un contrato de 250 mil dólares a su cabeza”, contó Bowden en una entrevista. “Le dije que quería hacer una nota con el sicario, y viajamos más de 1500 kilómetros para verlo. He estado con asesinos mexicanos por más de veinte años. Los tuve en casa, bebí con ellos en México. No hablan mucho de su trabajo porque hablar te mata. Yo quería dejar algún registro de este elemento mexicano de la muerte, el asesino entrenado, profesional, que funciona como herramienta del gobierno y de las organizaciones criminales, generalmente dos caras de un mismo poder en México.” El sicario aceptó a condición de que la nota no revelara dónde se había hecho la entrevista. “Y aceptó por muchas razones, pero principalmente porque sabe que va a ser ejecutado: contratos como el que hay sobre su cabeza nunca son retirados. Y quiere hacer algunas enmiendas por los cientos que ha torturado y asesinado, ahora que es cristiano.”

A lo largo de toda la película, el sicario es el único personaje en pantalla. Mientras habla hace gráficos acerca de lo que cuenta, en un block de hojas blancas, con un marcador negro. Y habla de casi todo: de su reclutamiento cuando era adolescente, de cómo ingresó en un sistema en el que el narco tiene comprometidas a las autoridades municipales, a las policiales y judiciales, de cómo se secuestra y se tortura a una persona y de cómo quiso salirse y hoy es un fugitivo de por vida, tratando de encontrar alguna redención en la religión.

El sicario Room 164 se da el domingo
17 a las 22.15 y el domingo 24 a las 22
en la sala Lugones.