> ALFREDO RAMOS Y CUREPí
Ramos traslada Salomé al Delta a fines 1800. Salomé, devenida en Dolores, es hija de una familia burguesa y trepadora que pretende casarla con el viejo y rico Mister Tomkinson. Ella, sin embargo, se enamora de Curepí, su esclavo paraguayo. Wilde en clave de sainete, con miriñaque y mosquitos.
–En general no estoy interesado en hacer clásicos ni en meterme con piezas de otros autores. Así que, de no haber podido tomar sólo una parte de la historia, no habría participado del proyecto. Diría que hice una nueva obra intentando mantener algunas cosas del material de Wilde. Imagino que, por posibilidades económicas, sólo el teatro oficial puede hacer piezas así de acuerdo a los originales; también el nuevo teatro comercial culto. A mí seguro no me encontrarían entre el público.
–La decisión del homicidio como respuesta a la no correspondencia amorosa, la tragedia. La argentinicé porque por edad y por nacionalidad, la corrupción y la tragedia en la patria me resuenan siempre. El Tigre me interesaba por el calor y los mosquitos; la época porque era el momento de la convocatoria de la Guerra del Paraguay. Las pestes que generaron los cuerpos putrefactos de la guerra en los ríos del litoral se me contraponían al vestuario de la niña Dolores, inmaculada y blanca. Eran un arranque para probar.
–Al ser una hija del poder, Wilde muestra todo lo arbitrario que desde ese lugar se puede ejercer. Sé que Dolores será madre en una sociedad en la que seguirá fomentando los valores de sus abuelos. El padre y Tomkinson, el viejo apasionado por ella, son políticos, colaboracionistas, asesinos. Ambos se encargarán de meter en caja cualquier desvarío que la chica denuncie más adelante. Historia berreta conocida.
Todos los viernes hasta el 25 de noviembre a las 21.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux