A imagen y semejanza de la tira norteamericana Bringing up father, de George McManus, rebautizada Pequeñas delicias de la vida conyugal para su publicación en el diario La Nación, Arturo Lanteri comenzó a publicar en la revista El Hogar Las aventuras de Don Pancho Talero. “Parafraseando lo dicho por José Mariátegui sobre Oliverio Girondo, puede asegurarse que si bien el bordado de Pancho Talero es sobre el comic yanqui, su trama es genuinamente criolla –escriben Gociol y Gutiérrez–. Lanteri no sólo adaptó la serie de McManus al medio nacional, la absorbió y dibujó con orgullosa línea propia, sino que también dio inicio a una profusa serie de historietas sobre matrimonios y parentelas.” Tal fue el éxito del personaje, que no sólo duró dos décadas su publicación, sino que dio a luz dos largometrajes, convirtiendo a Lanteri en el primer autor local de historietas que trascendió el medio en el que se inició. Además de Pancho Talero, en la antología se incluye su serie Las aventuras del Negro Raúl, publicada también en El Hogar, que reinventaba en historieta las desventuras de Raúl Grijeras, personaje real de la fauna callejera y patético bufón de los muchachotes de la alta sociedad porteña. También se incluyen Las diabluras de Tijereta (publicada en Revista Popular, 1917) Moisés Papamovski (Mundo Argentino, 1924) y Anacleto Bataraz (Mundo Argentino, 1924).

Viruta y Chicharrón: durante décadas considerada la primera historieta argentina, resultó ser una adaptación de una norteamericana, cumbre exitosa de una costumbre corriente entre las primeras publicaciones.