Una copiosa e incesante lluvia obligó a la postergación del partido que Central debía disputar ayer a la mañana ante Crucero del Norte en Misiones. El temporal que se desató alrededor de las 6 de la madrugada anegó varios sectores del estadio de Santa Inés y el árbitro Carlos Maglio, al llegar a la cancha, no dudó en determinar la suspensión. Así el canaya cerró un fin de semana complejo, sobretodo por cuestiones extrafutbolísticas, como el violento robo que sufrió el mediocampista Jesús Méndez, el despiste del avión que trasladaba a parte de la delegación auriazul (dirigentes, cuerpo técnico y tres jugadores) en el arribo a la provincia mesopotámica y la detención de 138 hinchas tras la suspensión. A diferencia de la ida, el plantel emprendió el regreso a Rosario en colectivo.

El reglamento de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) contempla que en el caso de los partidos suspendidos por razones climáticas, ambos plantes permanezcan en la ciudad con la intención de que se dispute al día siguiente. Incluso, en un momento de la mañana circuló que se reprogramaría para hoy a las 16 o a más tardar para mañana. Pero las autoridades del Servicio Meteorológico remarcaron la existencia de un alerta por tormentas fuertes para la zona y la continuidad de las mismas hasta el miércoles. Por esa razón, y ante el temor de que la cancha no se recupere, se procedió a suspender el juego. Ahora el Comité Ejecutivo de AFA se encargará de dictaminar la nueva fecha.

Ambas dirigencias hicieron el intento de jugarlo hoy o mañana, pero la falta de certezas con respecto a la mejora del clima fue decisiva para Maglio. Ahora el canaya suma un partido menos que el resto de los equipos de la B Nacional y la recuperación que precisa, en materia de victorias, deberá buscarla nuevamente en el Gigante de Arroyito ya que recibe a Ferro el lunes de la semana próxima, a las 18. Se encuentra a 13 unidades del sólido puntero Gimnasia de La Plata, que el viernes le ganó de visitante al próximo rival de los de Russo y solamente perdió un partido, cuando el canaya ya cayó en cinco oportunidades.

Ferro, en tanto, tiene dos puntos más que Central, completa una campaña irregular con tres triunfos, cinco empates y cuatro derrotas y es uno de los equipos menos goleadores del certamen, ya que marcó solo en nueve oportunidades. Pero así como convierte poco, tiene en la defensa su mayor virtud al permitir pocos goles de los rivales.

Tras la suspensión, 138 hinchas de Central fueron detenidos después de producir disturbios al llegar al estadio para presenciar el encuentro ante el equipo local. Los incidentes se produjeron cuando integrantes de la barrabrava canaya intercambiaron insultos y lanzaron piedras a un micro con simpatizantes locales que se retiraban del estadio después de oficializarse la postergación. La policía misionera intentó apaciguar las aguas, pero fue víctima de agresiones por parte de la parcialidad visitante y ejerció la represión, que culminó con la detención de los hinchas de Central. Los barras fueron demorados en la seccional 14º de Fátima custodiados por unos 300 efectivos, y recuperaron la libertad unas horas después. No hubo heridos de gravedad.