Los números finales de las elecciones que tuvieron el domingo en Central sirvieron para ratificar la sorprendente adhesión que acaparó el Crece, con 2.243 votos, y la decepcionante participación de Unidad Canalla, que reunió 1.167 sufragios. El oficialismo, en tanto, consolidó al triunfo con 3.005 votos. En total, de los más de 17 mil socios aptos para sufragar, lo hicieron 6.471, un número similar a los comicios que se realizaron recientemente el River, donde el padrón electoral duplica al de los canallas.

Sin disponer del aparato oficialista, que garantiza entre empleados, representantes de las subcomisiones y la barra un piso de mil votos, el Crece reunió las preferencias de la votos independientes, es decir de aquellos que no persiguen ningún otro interés más que el buen porvenir de la institución. Y por eso fue lógico que la agrupación que lideró Eduardo Settimini se impusiera en 13 de las 24 mesas dispuestas para los socios activos. Las mujeres activas, en cambio, se inclinaron por Pablo Scarabino, quien se quedó con 10 de las 14 mesas.

En las mesas destinadas a los vitalicios, donde Osvaldo Rodenas esperaba sacar alguna ventaja teniendo en cuenta el respaldo de Víctor Vesco, la preferencia fue para el oficialismo, donde se quedó con las cuatro mesas habilitadas. Unidad Canalla no ganó en ninguna de las 63 mesas, y la Nº 8, donde votaron 145 socios, obtuvo sólo un sufragio. Al tiempo que el Crece ganó en 18 mesas, siendo las 45 restantes para el oficialismo.

Entonces, de los 6.471 socios que participaron de los comicios, 3.005 eligieron a Scarabino, 2.243 optaron por el cambio que proponía Eduardo Settimini y 1.167 confiaron en la palabra de Osvaldo Rodenas. Apenas 56 votos, entre anulados y en blanco, quedaron fuera del recuento.