Domingo, 7 de octubre de 2007 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › TEATRO. CIERRA HOY EL FESTIVAL INTERNACIONAL MERCOSUR EN CORDOBA
La extensión del Festival es uno de los atractivos que lo diferencian del resto y que lo conecta no sólo con cárceles, hospitales y plazas sino también con barrios alejados del centro. Alrededor de unos 39.000 espectadores circularon por las salas y espacios no convencionales.
Por Julio Cejas
Uno de los elencos históricos de Latinoamérica, el Rajatabla de Venezuela, creado por el cordobés Carlos Giménez cierra hoy precisamente en la ciudad de Córdoba, la sexta edición del "Festival Internacional de Teatro Mercosur". En una función que no estaba prevista y que debió agregarse debido a que la noche anterior las entradas se habían agotado, los venezolanos que ostentan más de 35 años de trayectoria internacional emocionaron a los más nostálgicos y a las jóvenes generaciones, en el marco de una ciudad que siempre los recibió con los brazos abiertos.
Córdoba vuelve a recuperar en esta nueva edición, aquel perfil que la caracterizara desde su aparición como capital festivalera del teatro latinoamericano y puente entre las viejas y las nuevas estéticas del mundo.
Para los memoriosos y los que tuvimos el privilegio de ser testigos y cronistas de aquel Festival Latinoamericano del 84, verdadero símbolo de lo que estaba aconteciendo a nivel político en el país, resulta interesante chequear la coherencia y el desarrollo de aquellos años liminares.
Quizás por eso en el cierre de este nuevo Mercosur, la presencia del Rajatabla sintetiza el reconocimiento a Carlos Jiménez, fundador de ese grupo y de aquellos Festivales que se perpetuarían en el tiempo ratificando sus fundamentos.
En esta ya legendaria puesta de "El coronel no tiene quien le escriba", puede rastrearse el autentico rescate de las tradiciones y la cultura latinoamericana y los profundos lazos que unen a los teatristas de esta parte del mundo.
Giménez fue un claro ejemplo de muchos teatristas argentinos exiliados que fundaron grupos teatrales en sus nuevos lugares de residencia, grupos que iniciaron una verdadera resistencia contra las dictaduras de turno.
Quizás por eso, esta edición del Festival vuelve a invitar a otros dos argentinos que contribuyeron al desarrollaron del teatro de Latinoamérica como Arístides Vargas fundador del "Malayerba" de Ecuador y César Brie y su emblemático "Teatro de los Andes" de Bolivia.
Verdaderos animadores de los primeros festivales latinoamericanos que Córdoba instaló en el país y en los calendarios del mundo, estos creadores retornan hoy con trabajos que la mayoría de las nuevas generaciones desconocen.
En momentos en que la saturación de algunos modelos de las denominadas "nuevas tendencias" han dejado de ser tan seductores a pesar de seguir siendo los preferidos de algunos críticos y programadores de festivales internacionales, este retorno de un "teatro viejo" vuelve con más fuerza y vigencia.
"Nuestra Señora de las Nubes" y "La Razón blindada" son claros ejemplos de la poética siempre viva de Arístides Vargas y el Malayerba de Ecuador, como lo son "¿Te duele?" y "En un sol amarillo-Memorias de un temblor" en el caso del teatro antropológico y testimonial de César Brie y su grupo Teatro de los Andes.
Una de las grandes sorpresas: el Grupo Teatro en el Blanco de Chile con su obra Neva, que lamentablemente por idénticos errores de programación a los padecidos en Rosario durante el último Festival Internacional, pasó desapercibida para la mayoría del público cordobés. Los chilenos Trinidad González, Paula Zuñiga y Jorge Becker pertenecientes a una nueva generación de teatreros demostraron que se puede hacer un teatro inteligente, con una de las dramaturgias más sólidas del Festival escrita y dirigida por Guillermo Calderón.
De los dos trabajos que presentó la "Compañía Teatro de ciertos habitantes" de México, el más impactante fue sin duda De Monstruos Y Prodigios: La Historia De Los Castrati, una propuesta que mixturó el teatro con la ópera a cargo de un elenco de gran solidez dirigido por Claudio Valdés Kuri.
Otra de las grandes expectativas del Festival, el talentoso y polémico Gerald Thomas oriundo de Brasil pero alejado de una mirada tradicional de sus pares latinoamericanos mucho más cercana a los grandes centros teatrales europeos, convenció a algunos y aburrió a otros con "Terra em transito" y "Rainha mentira Queen Liar".
La Murga "Agarrate Catalina" de Uruguay dirigida por Yamandú Cardozo puso su toque de irreverencia y compromiso político provocando el regocijo de los presos de la Cárcel de Bower bajo la mirada aterrada de algunos guardiacárceles de ese penal.
Producto de lo que veníamos señalando en ocasión de realizarse en Rosario el Festival Internacional organizado por el Instituto Nacional del Teatro que prevee una agotadora maratón de los grupos latinoamericanos y que se reiteró en Córdoba achicando la programación como producto del acuerdo entre la organización oficial y los directivos del INT.
Córdoba tiene un perfil propio y el público responde a esas características que se vienen dando desde los primeros festivales que preveen varias funciones de cada obra para que nadie se quede afuera y ningún elenco esté en inferioridad de condiciones.
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