Como parte del ciclo Directores organizado por el Centro de Expresiones Contemporáneas, el próximo fin de semana Juan Hessel pondrá en escena sus dos últimas creaciones: Naturaleza muerta y Territorio falso. Formado en el Centro de Estudios Teatrales y luego de una trayectoria actoral que se prolongó por más de quince años, Hessel debutó en rol de dirección con la elogiada Almas fatales, estrenada en 2001. Desde entonces, su nombre comenzó a cobrar prestigio, el cual se acrecentó justamente con los espectáculos que el viernes y sábado arribarán al espacio de Sargento Cabral y el río.

En diálogo con Rosario/12, Hessel relató precisamente su desembarco en la dirección con la citada Almas fatales: "En ese espectáculo hice coincidir algunas ideas mías respecto al teatro que me costaban plasmar, pero creo que a partir de Almas fatales pude plasmar cierta idea, cierta concepción que tengo del teatro y de la actuación. Y a partir de esa obra me quedé en ese lugar de dirección, produciendo mis textos y con cierta fidelidad a mi idea de pensar el teatro".

De esa manera, la lealtad de Hessel en torno a su concepción del teatro se hizo evidente con Naturaleza muerta y, más tarde, Territorio falso, su última creación. "Estos trabajos surgen de los talleres en donde hacemos entrenamiento actoral --apuntó--. Son lugares que yo uso de producción de texto, de escenas, y sobre todo Territorio falso es una consecuencia de esa forma de laburo. Mi docencia pasa por entrenar actores, gente con experiencia, e intento tener una forma particular de pensar el teatro. Creo sinceramente que el teatro debe ser tomado como un lugar de pensamiento, aparte de entretenimiento. Intentar que circulen ideas, ésa es cierta ambición que tengo".

Claro que ese pensamiento no es nuevo para Hessel: "Tiene que ver con la información que uno tiene. Yo no soy una persona muy formada en lo teatral. Hablando de consumo de productos culturales, yo vengo más de la literatura, de una literatura totalmente intransferible al teatro, o del cine, que también es otra historia. Y al mismo tiempo hacía teatro, y eran mundos que no se tocaban, pero creo que a partir de Almas fatales me acerqué a esos dos lugares, a lo teatral y a ciertos gustos personales, y ciertos mambos personales, que me interesan contar en el teatro. Porque si bien son espectáculos temáticamente diferentes tienen un común denominador que es la actuación, a la que pienso como un discurso en sí mismo. Más allá del texto, creo que la actuación en sí es un tema bravo, y generalmente a los actores que laburan conmigo les doy ese lugar, con todos los que trabajé tuve una buena relación creativa, y eso es muy importante".

Sin embargo, esa metodología no sólo tiene que ver con la extensa formación actoral de Hessel, según él mismo distinguió: "Tiene que ver con muchas cosas, con mi lugar en la actuación y también de lo que no quiero del teatro. Sobre todo es éso, más que mi formación es lo que no me gusta del teatro. Me alimentó lo que no quiero, y trabajar por oposición puede ser muy interesante".

-Eso lo coloca en un terreno de prueba y error.

-Obviamente, de garantía no tengo absolutamente nada, no tengo certezas. Y la repercusión no la voy a buscar porque me da cierto pánico. Hay hechos objetivos que funcionaron bien, pero para vender mi espectáculo tampoco soy bueno. Trato de ser digno (risas), pero no salgo a debatir al mundo a ver qué le pareció mi espectáculo. El mío es un lugar de producción, uno produce y después se trata de ver qué pasa. No tengo muchas certezas, salvo dos o tres cosas que quiero, y trato de tener fidelidad con lo que me interesa. Trato de ser lo más fiel y contundente posible.