Después de un año de trabajo, el grupo La Estación decidió estrenar Alitas de pollo la obra que, sin embargo, no se cerró a nuevos cambios. De hecho, el proceso de creación es una constante en el proyecto que esta noche a las 20, y como cada domingo de noviembre, se presentará en el Teatro de La Plaza (ex Melpómene) de Entre Ríos 1051.

Lorena Salvaggio, directora junto a Hugo Cardozo, relató a este medio el proceso creativo desarrollado por el grupo: "Con esta obra decidimos empezar a estudiar e investigar sobre el absurdo. No desde el género sino más que nada desde la actuación con gestos y huellas del absurdo contemporáneo. Eso nos llevó casi medio año de trabajo, y después escribimos el texto colectivamente, con una deconstrucción permanente. En realidad estábamos haciendo un taller de investigación y superación actoral, y dos de los actores trajeron una escena que a Hugo y a mí nos pareció muy buena, muy original. Fue un punto de partida muy interesante y desde ahí empezamos a construir y deconstruir el texto. Eso hace que todavía haya reescritura, porque al menos para nosotros nunca es un proceso cerrado. Tal vez es un vicio nuestro, pero es nuestra forma de trabajar".

Los actores, en tanto, descubren aspectos positivos en ese proceso, según apuntó Melina Heinrich, protagonista junto a Diego Bollero, Estela Argüello y Elbio Barchiesi. "Creo que como actores nos lleva a no concluir un rol, a no cerrarlo. Permanentemente estamos investigando sobre el rol que interpretamos, modificándolo, enriqueciéndolo, preguntándonos acerca de ese rol. Creo que eso es reflejo de este modo de trabajo que fuimos encontrando, y es positivo porque eso te lleva a buscar", dijo.

Estrenada en octubre en el norte santafesino, desde entonces la obra ha sufrido algunas modificaciones. "Ya una escena entera varió, decidimos contarla de otra manera. La historia se mantiene, está el relato y hay cuatro roles que ya están rozando el personaje. Porque nosotros decidimos no llamarlos personajes justamente por esto de que la obra no está cerrada. La obra varía bastante", precisó la directora, quien sin embargo distinguió que el trabajo no se rige por la improvisación: "Es más, el texto está rigurosamente marcado. Además en el absurdo el chiste es muy preciso, entonces si te variás del texto se pierde el chiste".

Ambientada en un monoambiente en una noche de tormenta, la obra plantea la temática de la incomunicación. "Carmen está esperando por primera vez en su casa a su pretendiente, con el que va a cenar a solas. Pero llegan su hermana y su cuñado, porque se les inundó la casa en Barrio Las Flores. Durante toda la obra no para de llover, y ellos están ahí hasta que se inunda la ciudad, y se inunda también la casa", detalló Salvaggio.