Corría 2004 cuando Gato a la Naranja modificó su estructura y se transformó en un grupo de características poco habituales. Y no sólo por su carácter familiar, sino además por una formación que escapa a ciertos tradicionalismos del tango. Con Martín Coggiola en guitarra y arreglos, y su esposa Liliana en el bajo, el grupo abrió el espectro sonoro con las incorporaciones de sus vástagos: Agustín en acordeón y stick, Lisandro en violín y Lucía en bandoneón. Desde entonces, la banda giró sostenidamente por el sur argentino, concretó dos giras europeas y se convirtió en la protagonista de un film que lleva su mismo nombre, y que se estrenará en las próximas semanas. Esta noche, en tanto, el quinteto abordará obras propias junto a otras de Piazzolla, Pugliese y Troilo, en el concierto que, a partir de las 21, brindarán en La Casa del Tango de España y Avenida Wheelwright.

"Vamos a presentar un show básicamente de tango pero ya empezamos a avisar con otras cuestiones. Me parece que vamos a cambiar algunas cosas, porque estamos cerrando una etapa con el tango. Ya hay algunos temas nuestros, y vamos a tantear con la gente algunos de estos temas propios. Si bien van a quedar algunas obras de Piazzolla, queremos un tipo de canciones más personales, más rosarinas, más nuestras. Si bien reconozco que algunas canciones tienen que ver con el tango, está también la urbanidad y esa cuestión rosarina", adelantó al respecto el guitarrista, compositor y arreglador.

Por otra parte, el músico resaltó además algunos hechos destacados en la historia reciente del quinteto: "Hubo algunos proyectos grandilocuentes, como viajar dos veces a Europa. El año pasado fuimos con contactos nuestros y después a ellos, como son tan organizados y atentos a la música de Piazzolla, les llamó la atención lo que hacemos y este año pudimos hacer conciertos en lugares grossos. Para este próximo año parece que se va a ampliar un poco más, con conciertos más importantes, en condiciones casi ideales. La cuestión es decidirse, ir, plantarse en el lugar. El derecho de piso acá es muy largo de pagar. Rosario es una ciudad muy difícil, que está llena de artistas, donde hay mucha producción, pero no hay una fábrica de arte, no hay forma de fabricar una industria del arte".

En relación a Gato a la naranja, el documental que los tiene como protagonistas, es una realización del director Gabriel Pomeraniec y el productor Andy Waisberg, quienes siguieron al quinteto por Bariloche, Entre Ríos, Buenos Aires, Salta, Tucumán y, lógicamente, Rosario.