Sábado, 9 de octubre de 2010 | Hoy
CIUDAD › REPRESENTANTES DE PARANá METAL EXPLICAN LA RELACIóN CON LA UOM
La empresa condicionó la reapertura de la planta -sin fecha precisa- a que la dirigencia sindical "asuma el compromiso que tiene que asumir para no afectar la producción y permitir que la fábrica sea sustentable a largo plazo".
Por Claudio Socolsky
El presidente del grupo inversor que gerencia Paraná Metal, Fabián De Souza, aseguró ayer que el acuerdo alcanzado en la noche del lunes en el Ministerio de Trabajo de la Nación con los representantes de los trabajadores es "precario" y para efectivizarlo se necesitan cumplir algunos requisitos. En este marco, el empresario condicionó la reapertura de la planta a que la dirigencia sindical "asuma el compromiso que tiene que asumir para no afectar la producción y permitir que la fábrica sea sustentable a largo plazo". Si bien De Souza no aportó precisiones respecto a la fecha en que se produciría la reapertura de la autopartista, adelantó que se reunirá con los representantes gremiales y la Comisión Interna de la empresa la próxima semana, porque "no se pueden poner más palos a la rueda y hay que ponerse a producir".
Cuatro días después de firmar un acta acuerdo para reabrir la planta, el grupo empresario que gerencia Paraná Metal convocó a una conferencia de prensa en una sala ubicada dentro del predio donde funciona la autopartista. Acompañado por el gerente general de la empresa, Daniel González, el directivo Jorge Godoy, y el vocero Carlos Infante, el número dos del grupo que lidera Cristóbal López, señaló sorpresivamente que el acuerdo firmado en la sede porteña de la cartera laboral es "precario, y para hacerlo efectivo se necesitan tres condiciones: el recupero de los clientes, el acompañamiento de los accionistas y la aceptación de la jueza del concurso, porque si no puede decretar la quiebra en cualquier momento y todo lo que se hizo sería en vano".
El empresario dijo que "después de este conflicto tan extenso, y que tanto alteró la paz social en la región, queríamos contarles por qué llegamos a donde llegamos y cómo vemos el futuro". "El desencadenante de este conflicto fue el incumplimiento de la palabra", dijo De Souza, quien recordó que cuando hicieron uso de la opción de compra, llegaron a un acuerdo con los representantes gremiales y la seccional villense de la UOM, porque "desabastecer el mercado significaba la muerte de Paraná Metal", y en ese marco se comprometieron por cinco años a hacer los aportes necesarios para hacer las inversiones, y financiar el capital de trabajo mientras tengamos niveles de producción".
"Nosotros hicimos el esfuerzo, no echamos a ningún trabajador sin justa causa, y nos encontramos con una irresponsabilidad absoluta de parar la compañía entre 15 y 16 días porque no nos pusimos de acuerdo cómo se informaba en el recibo de sueldo el aumento que había acordado la UOM nacional", se quejó el empresario. "Claramente, hubo un enfrentamiento con el compromiso que asumimos todos en noviembre, sabiendo que esta compañía estaba en terapia intensiva", agregó.
Según De Souza, "el famoso acuerdo que se celebró el lunes pasado en el Ministerio de Trabajo establece condiciones necesarias para poner en marcha la planta: el acompañamiento financiero de los accionistas y los acuerdos con los clientes, sustantivamente con Ford Motors". El empresario condicionó el acompañamiento financiero a Paraná Metal "siempre y cuando nos sentemos a una mesa con los representantes gremiales y asuman en serio el compromiso que tienen que asumir. En esta compañía, la única forma de poder tener un objetivo y poder asegurarle el trabajo a 300 trabajadores es que no se afecte la producción, que lo que nos prometieron en noviembre, se cumpla".
De Souza señaló que llegó a Villa Constitución para planificar la reapertura de la planta, pero además les pidió a los directivos que le generen la próxima semana una reunión con los representantes gremiales para saber "si están definidos y si tienen la voluntad de acompañar la producción. Porque si llegamos a un acuerdo, y dentro de 60 o 90 días plantemos y cerremos la planta, nosotros no estamos dispuestos a hundir 20, 30, 40, 50 millones de pesos para que cuatro gatos locos o cuatro iluminados sociales decidan que esto no puede seguir".
Sin medias tintas, el empresario adelantó que si "la vocación sindical y la de los trabajadores es la de venir a trabajar y ser responsables; y si no nos ponemos de acuerdo en algo, nos cagaremos a trompadas dentro de esta oficina, pero jamás vamos a dejar de abastecer el mercado, nosotros somos parte de este tren. Si no, lamentablemente, no es el tren al que vamos a subirnos porque no queremos jugar con las ilusiones de la gente y nos gusta ser transparentes".
Luego, De Souza indicó que para que la compañía alcanza su máximo nivel de producción, 3800 toneladas, lo debe hacer "con tecnología y 300 trabajadores, no existe la posibilidad de competir en el mercado con 900 trabajadores y con la tecnología que hoy tenemos. Realmente, nuestros precios están un 40 y 50 por ciento por encima de empresas que hoy trabajan de una manera distinta".
Frente a las críticas que recibieron por ser un grupo sin experiencia en el negocio de la siderurgia, De Souza dijo a Rosario/12 que "cualquiera sea el objeto final del negocio, el gerenciamiento de las compañías pasa por una buena adecuación de los recursos. Creemos que los que tienen experiencia en hacer interactuar los distintos factores de la producción, puede producir aceite de oliva o autos. Nosotros podemos decir claramente que tenemos más habilidades en la industria de los servicios petroleros, en la administración de casinos, porque son negocios que encaramos hace muchos años".
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