"El de Marita Verón es uno de esos casos testigo que hacen punta", reconoce la directora teatral Jimena Duca, que en 2008 aceptó la convocatoria de Naciones Unidas para desarrollar una obra vinculada con la violencia de género. Por entonces, Duca residía en Nueva York, y el nombre de Susana Trimarco, así como su militancia en contra de la trata de personas, ya tenían peso a nivel internacional. A partir del contacto con la madre de Marita Verón, la directora terminó de darle forma a Mika, obra que el 7 de mayo iniciará en Rosario una gira por el interior del país. Anunciada en la mañana de ayer en un encuentro desarrollado en el bar Vip, la función se realizará en La Comedia, en una presentación que se desarrollará con entrada libre y gratuita, y que propondrá la donación de elementos de higiene personal, ropa y frazadas para colaborar con la tarea del refugio Sol de Noche para personas en situación de calle.

Según distinguió la concejala María Eugenia Schmuck, una de las impulsoras de la llegada de Mika, es necesario "destacar la cantidad de instituciones que se articularon para poder presentar la obra en Rosario, como la Cámara de Diputados provincial a través del diputado Maximiliano Pullaro, el Concejo municipal, la Universidad Nacional de Rosario, que aportó la mitad del financiamiento, y la Municipalidad de Rosario", y remarcó que se trata de "una obra que intenta poner en agenda la discusión sobre la violencia de género y su forma más extrema: la trata de personas".

"La primer propuesta fue crear una obra de teatro sobre la violencia de género --expresó a su vez Duca--. Era muy amplio, entonces traté de investigar y encontrar historias verdaderas de diferentes tipos de violencia de género que nos mostraran por dónde podía venir el cambio. Ya en el 2008 la figura de Susana sobresalía a nivel mundial. Le hice entrevistas y básicamente mis preguntas tenían que ver con que me contara cómo fueron las 72 horas posteriores a la desaparición de Marita y cómo habían reaccionado las instituciones. Ella, con mucho detalle, me contó cómo fueron esas primeras horas, y básicamente ésa es la columna vertebral de Mika".

Estrenada en Argentina a fines de 2012, Mika iniciará en Rosario un nuevo recorrido. "Salir al interior del país tiene que ver con que hay mucha necesidad de que la obra empiece a viajar --explicó Duca--. El 3 de abril, cuando se cumplió el 12 aniversario de la desaparición de Marita, Susana nos invitó a Tucumán, donde presentamos la obra por primera vez, con una función para las fuerzas de seguridad y los trabajadores de la Justicia. Fue impactante tener esa sala colmada de policías, ya que los policías fueron la inspiración de la obra... Nos pone contentos que se use la obra para tomar consciencia, para abrir cabezas y ver si logramos el cambio social que estamos necesitando".

En ese sentido, el arte potencia la posibilidad de mantener al tema en agenda. "En el verano presentamos la obra en Mar del Plata, donde la vio alguien del Ministerio de Justicia de la Nación y le dijo a Susana que Mika, en sus 55 minutos, quizás lograba más que toda una capacitación entera de la que ellos realizan --ejemplificó la directora--. Mika tiene esta cosa sintética que apela al intelecto y a la emoción al mismo tiempo. Es el gran poder del arte. Y el teatro tiene esta cosa del vivo, del cara a cara, que es muy potente. Es muy difícil cerrar tu corazón en ese momento".

Apelando a la metáfora como mecanismo para potenciar la reflexión, la obra dirigida por Duca lleva por nombre el de la hija de Marita Verón, en una decisión vinculada con los propósitos del proyecto: "Miramos a la niñez y la juventud como nuestro objetivo, desde ahí puede venir el cambio cultural que necesitamos, el cambio de conducta. Pensando siempre que los buenos o malos modelos se van reproduciendo. Mika, la hija de Marita, se convirtió en una militante por los Derechos Humanos, y éso tiene que ver con tener como referente a su abuela. El objetivo es poder llegar a los jóvenes".