El juez de Instrucción Juan Andrés Donnola dictó ayer el procesamiento de un ex comisario mayor de la Unidad Regional II de Policía por enriquecimiento ilícito. Se trata de Hugo Giuliano, quien llegó a desempeñarse como jefe de la Agrupación Unidades Especiales de la policía rosarina. La resolución, que ordena además el embargo por 300 mil pesos, es la primera en la provincia que pone al borde de un juicio por enriquecimiento ilícito a un ex alto funcionario policial luego de que dos fallos de la Cámara Penal avalaran la continuidad de las investigaciones en torno al acusado.

Giuliano fue denunciado en 2004 por Apropol, el gremio policial no reconocido, que presentó un resumen de movimientos de tres cuentas que el ex funcionario tenía en bancos privados y un conjunto de propiedades que le pertenecerían. De esa forma se le dio intervención a la Dirección de Asuntos Internos. La investigación, que demandó dos años, descubrió y agregó otros bienes que ingresaron a la causa judicial abierta en 2008: varias propiedades entre viviendas y locales comerciales, títulos públicos, dos automóviles, una lancha y constancias de viajes reiterados realizados al exterior tanto por él como por familiares directos. Algunos bienes eran propios y otros de familiares consanguíneos inmediatos.

Una perito contadora de la Corte Suprema de Santa Fe afirmó haber llegado a conclusiones semejantes a las alcanzadas por la Oficina de Investigaciones Patrimoniales de Asuntos Internos: el oficial investigado tiene un conjunto de bienes mucho mayor al que puede demostrar con ingresos lícitos.

La causa estuvo varios años abierta sin que Giuliano fuera citado a indagatoria, lo que prolongó los plazos. El ex policia fue sobreseído el año pasado por vencimiento de los plazos legales, pero el fiscal de la causa, Esteban Franichevich, rechazó esa resolución porque sostenía que había prueba para enviarlo a juicio por crecimiento injustificado de su patrimonio. Fue entonces que la Cámara de Apelaciones en lo Penal le dio la razón: el tribunal de Alzada declaró nula la decisión de dejar fuera de proceso al ex funcionario por carecer de una valoración de la prueba. De esa forma el expediente recayó en el juzgado de Juan Andrés Donnola.

Basado en el trabajo de peritos contables el magistrado entendió que no estaban justificadas ni respaldadas con documentación los siguientes ingresos de dinero al patrimonio de Giuliano:

* Lo percibido por el trabajo desarrollado en la empresa de construcciones en asociación con su tío Mario Fischetto en los años 1977, 1978 y 1979. Aproximadamente U$S 12.000.

* Lo producido por la agencia de Prode desde el mes de marzo de 1981 a mayo de 1983, ubicada en Bv. Segui 5372, de Rosario por U$S 14.005,79﷓ (1,5 veces sueldo de policía).

* Lo obtenido por la donación de su tío, Saverio Giuliano, por U$S 15.600.

* Lo cobrado por la jubilación por invalidez de su esposa Nora Cristina Torres por U$S 33.996,62.

* La herencia recibida por el fallecimiento de su padre en 1998 por U$S 16.000.

Para Donnola "se observa una variación apreciable y desproporcionada del patrimonio de un personal policial que en principio no encuentra justificación en los ingresos normales de su cargo y de su familia".

Es decir, la ausencia de documentación adecuada que permita acreditar movimientos patrimoniales en actividades que deberían por su esencia encontrarse debidamente comprobadas. En este orden "no aparece justificable de ningún modo no poder fundamentar probatoriamente una donación en dólares recibida, la actividad comercial de una agencia, aquéllos contratos o actividad que desarrollara con la Municipalidad, la herencia misma por fallecimiento del padre. Esto es, demasiados e importantes ítemes que deberían estar debidamente justificados si el origen de los mismos estuvieran reglados en una actividad lícita", remarca en su resolución el magistrado.

El juez valoró el testimonio de Mario Franco (ex director de Asuntos Internos) quien sospecha que el imputado no contaba con los ingresos documentados para justificar su evolución patrimonial. Incluso hace suyas las dudas de uno de los testigos, Rodolfo Rodríguez, quien le vendió una vivienda de calle Lavalle y Montevideo a Giuliano, que apareció luego a nombre de la esposa del policía.