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Martes, 18 de octubre de 2005

CULTURA / ESPECTáCULOS

Cuando la ciudad se convierte en una gran sala de exposición

Cuatro monumentales murales de Berni, Gambartes, Vanzo y Grela fueron pintados en distintos edificios de la ciudad, como parte de un proyecto municipal denominado "el arte sale de los museos".

 Por Fernanda Gonzalez Cortiñas

Proponer el espacio común como el lugar de encuentro entre arte y comunidad. "Colgar cuadros en nuestra casa grande, de eso se trata", explica Dante Taparelli, ideólogo y gestor del flamante proyecto Arte a la vista. Museo Urbano, una gran idea que apunta, no solo a convertir a la urbe en el marco perfecto para estas monumentales obras que, aunque estén en instituciones públicas o colecciones privadas, forman parte del patrimonio cultural de todos los rosarinos.

Con grandes loas --y algo de apoyo-- por parte de la municipalidad, Taparelli se involucró en este proyecto como lo viene haciendo desde hace años en otros como el Mercado Retro, las Ferias de Artesanos y la Bienal de la Moda, por mencionar sólo algunos los más conocidos: con muchísima pasión y ganas de trabajar. Militante pionero de la "permacultura" en la zona --un concepto acuñado en la década del 70 por un par de ecologistas australianos, pero que pronto se trasladó a otras esferas de la vida cotidiana, y que aunando los conceptos "permanente" y "cultura", y con un fuerte basamento en lo ético, da lugar a un sistema de diseño orientado a la creación de entornos humanos sostenibles y económicamente viables--, este empirista de lo cultural entiende que una de las consignas para resistir los embates de las sucesivas y ubicuas crisis económicas, es la creatividad.

"Es mi modo de trabajar: aprovechar la mayor cantidad de recursos posibles, convocando a la mayor cantidad de funciones disponibles --explica Taparelli--. Máximos resultados con gastos mínimos. Este en particular, es un proyecto totalmente sustentable. La municipalidad oficia fundamentalmente de nexo, entre los vecinos y las empresas. La intención original era crear la inquietud en la gente, y lo hemos logrado con creces. En mi escritorio tengo una pila de carpetas que llevan las firmas de todos los vecinos de distintos edificios de la ciudad, que quieren que su obra de arte. Si ha eso lo multiplicamos por la cantidad de otros vecinos que van a poder asomarse a su balcón y en vez de ver un paredón gris van a poder admirar el trabajo de algún gran maestro, el resultado está más que a la vista".

A pesar de que el proyecto puede encontrar algún antecedente en el Museo Urbano de Lyon, lanzado en 1985 por un grupo de inquilinos de la ciudad Gran Lyon --suerte de barrio diseñado a principios del siglo pasado por Tony Garnier, uno de los primeros grandes urbanistas del mundo-- que en colaboración con un grupo de artistas del lugar lograron recuperar el patrimonio arquitectónico de su barrio, para Taparelli esta iniciativa es diferente por varios motivos.

"En primer lugar lo que intentamos aquí es sacar el arte a la calle, que la gente que va caminando por el centro en vez de mirar al piso se empiece a acostumbrar a mirar para arriba, que pueda pararse en una esquina y dedicarse unos minutos de placer. Lo otro, es que no se trata de preservación de patrimonio, sino de difusión, a través de la obra de artistas locales que ya han fallecido, artistas consagrados por el voto popular, curados por la historia".

Para esto, Taparelli trabaja con un solo grupo de pintores, los mismos que pintaron La Gioconda en calle Pellegrini hace un par de años. "Los descubrí en un puesto en el Mercado Retro y enseguida me empezó a hervir la idea. Después los junté con la gente de Tersuave, que afortunadamente viene acompañando muy bien todos los proyectos del área".

Con la vieja técnica de la cuadrícula, Julio Luraschi y Omar Raggio, se cuelgan de su andamio y trabajan a sol y a sombra hasta culminar estas monumentales imágenes que desde hace algunos meses han comenzado a limpiar el paisaje urbano por contraste.

Pese a que en principio estaban pautados diez murales, por ahora, y debido principalmente a que el esfuerzo recae sobre unos pocos, los murales son apenas cuatro: una de las "mitoformas" de Leónidas Gambartes (en Urquiza y Sarmiento), el "Retrato" de Antonio Berni (en Sargento Cabral y Urquiza), el "Bandoneón" de Julio Vanzo (en la subida de Urquiza y Sargento Cabral) y "El Moncholo" de Juan Grela (en Corrientes y San Lorenzo). "Igual esto sigue, queremos llenar la ciudad de arte --concluye Dante eufórico--. ¿Te imaginás los Fonavi llenos de Juanitos Laguna? Creo que esto, en definitiva, tiene que ver con incentivar a la gente; con empezar a pensar en que se puede vivir mejor, con ser más felices".

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"Mitoformas" de Leónidas Gambartes. Está en Urquiza y Sarmiento.
 
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