Zodíaco (Zodiac) EE.UU., 2007

Dirección: David Fincher.

Guión: James Vanderbilt, sobre el libro de Robert Graysmith.

Fotografía: Harris Savides.

Montaje: Angus Wall.

Música: David Shire.

Intérpretes: Jake Gyllenhaal, Mark Ruffalo, Anthony Edwards, Robert Downey Jr., Brian Cox, John Carroll Lynch.

Duración: 158 minutos.

Salas: Monumental, Showcase, Village.

Puntaje: 7 (siete)

Zodiac es el seudónimo del asesino serial que asoló Estados Unidos entre 1969 y 1974. Un clima de paranoia asomó entre ciudadanos, policía y medios de comunicación, mientras el criminal cosechaba muertes y sembraba datos e informaciones que desorientaban a periodistas e investigadores. Uno de sus entretenimientos consistía en enviar a los periódicos criptogramas, previa amenaza de nuevas muertes con fecha y hora establecidas en caso de que el acertijo no fuese publicado. Todo un sucedáneo de Jack el Destripador. Así como ocurriese con el asesino de prostitutas de Whitechapel, la identidad de Zodiac es todavía un misterio.

Elementos, todos, que configuran lo que podemos entender como un mito moderno, con esa figura tan transitada por el último cine norteamericano: la del serial﷓killer. Tipo de personaje, podemos decir, que expresa problemas de época, preocupaciones y miedos sociales. American Psycho, Asesinos por naturaleza, Pulp Fiction, El perfecto asesino, entre tantos otros títulos, permiten un marco de género. Zodiaco puede inscribirse aquí, pero con suficientes diferencias como para apuntar en otro sentido. Tal vez mucho más cercano al espíritu de S.O.S. Verano infernal (1999), film que Spike Lee dedicara, en clave alegórica, a los asesinatos del apodado "Son of Sam" (Hijo de Sam) en la Norteamérica de 1977.

Convengamos en que no es éste terreno desconocido para el realizador David Fincher. Así lo corroboran la mente criminal de John Doe (Kevin Spacey) en Pecados capitales, la violencia intrínseca, de Mr. Hyde, que sufren Sigourney Weaver (en Alien 3) y Edward Norton (en El club de la pelea), junto con la paranoia que corroe la seguridad ciudadana de La habitación del pánico. En Zodíaco todos los elementos están, pero agudizados, plasmando un fresco por momentos terrible -los asesinatos son, si bien no numerosos, crueles﷓, por momentos sociológico y, por momentos, meramente informativo. Exhaustivamente informativo.

Hay hipótesis que se suceden de modo continuo, una vez que el asesino ha hecho su entrada y mostrado su tarjeta de presentación. En esa acumulación algo se pierde, algo que tiene que ver con el atractivo del relato. Pero la fascinación queda intacta, contagio que nos produce Robert Graysmith ﷓aquí interpretado por el notable Jake Gyllenhaal (Secreto en la montaña, Soldado anónimo)﷓, dibujante de prensa y autor verdadero del libro que el film de Fincher toma como modelo. El abismo que Zodiac le provoca lleva a Graysmith a un viaje sin vuelta, donde la familia, el trabajo y los contactos sociales, quedan relegados paulatinamente. Graysmith, el lector voraz, el dibujante humorístico, es quien puede ver de otro modo, mientras intenta evitar la suerte a la que sus colegas sucumben: la resignación en el caso del Inspector Toschi (Mark Ruffalo), el alcoholismo y el desempleo en el caso del periodista Paul Avery (el magnífico Robert Downey Jr.).

El libro, como corolario a su investigación es el anexo que permite una pieza más al entramado policial. El mito, de todos modos, no puede resolverse. Si así fuese, no tendríamos película. No tendríamos mito. De modo que la película, como nueva pieza de puzzle, nos provoca a la manera de un calidoscopio. Desarma y rearma. Cuando las piezas parecen cobrar sentido final, hay algo que no encaja. En ese momento, es cuando Zodíaco funciona mejor. Cuando expone el costado cruel de los tiempos que corren. El Sr. Oculto permanece latente. Aún cuando Graysmith crea encontrar la tranquilidad perdida al mirar los ojos asesinos, nada evita augurar un nuevo desajuste. En cualquier momento. En cualquier época.