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Domingo, 14 de enero de 2007

CONTRATAPA

César Tabares

 Por Horacio Baster*

En la madrugada del 7 de enero de 1977, un grupo de tareas de la Policía, conducido por Agustín, Feced secuestra a nuestro compañero César en la calle San Lorenzo entre Maipú y Laprida (por lo menos allí apareció su auto Citroen).

Nunca más se supo de él pese a la búsqueda incesante de su compañera Alicia que a cuestas llevaba sus tres hijos: Federico con 5 añitos, Leandro y Julieta, aún bebé.

Hubo "influyentes", mercenarios, pusilánimes y otros etcéteras que se entrecruzaban proponiendo tácticas, inmovilismos, mercando por dólares, entrevistas con arzobispos, aún con Galtieri, identificación de "óbitos" y mil maquinaciones propias de la época. Aún Videla no había oficializado la figura como "ente abstracto".

La Caja Forense también interpretaba tal concepto, por lo cuál le retiró la tan necesaria -por sus hijos- obra social, ya que "no estaba muerto ni vivo, sólo no aporta".

En ese vía crucis, hoy el compañero y amigo César Tabares se inscribe junto a los 30.000 desaparecidos de la negra noche de la Dictadura Militar, y así lo recordamos: con la alegría a flor de piel, dignidad, honestidad intelectual, y firmeza ideológica que lo caracterizó.

Transitó por los caminos de la construcción de la Liberación desde los cimientos espóntáneos de la Resistencia Peronista. Participó de los plenarios de La Falda y Huerta Grande sobre los que se asienta la organización de la CGT de los Argentinos.

Fundador en nuestra zona junto a Pedro Bluma, Santiago Mac Guire y otros del Movimiento Revolucionario Peronista (M.R.P), siendo el "doctor" interpares, recibiéndose de abogado allá por 1971.

A fines de los `60, codo a codo con Bluma, Constantino Razzetti, Héctor Quagliaro y el Negro Aguirre, impulsó la Comisión de Movilización, esa orgánica de un Peronismo Revolucionario que se asentaba ante la claudicación del neoperonismo.

Fue el artífice en su persistencia y militancia de nuestros agrupamientos de Juventud Peronista y de la organización universitaria muy débil y jaqueada por aquellos tiempos.

Como joven brillante "ya recibido" se incorporó en el entonces Frejuli la rama política que anticipaba el "Luche y Vuelve" vigorizando con su firmeza ideológica la corriente inclaudicable con los principios de movilización y lucha, única garantía del retorno de Perón a la Patria y al Poder.

En su actividad profesional se especializó en el Derecho Laboral, entablando memorables batallas jurídicas en favor de los trabajadores, persistiendo hoy conquistas logradas en ellas.

Desde la reorganización universitaria de 1973 fue profesor de Historia Argentina y Derecho Constitucional en la Facultad de Derecho de la UNR hasta el golpe.

Ya en 1973 su conceptualización y práctica de los Derechos Humanos (de los que nadie hablaba en el mundo) lo llevó a ser el generador de inflexión en los conflictos en los Penales de la Provincia en la naciente democracia, casi obligando al Gobierno Provincial de entonces a designarlo mediador, Director de Institutos Penales y posteriormente a cargo del Penal de Coronda.

En ese tránsito le toca la más heroica actitud que lo pinta cabal, y muchos hoy sindican como la principal causa de su enlistado para la desaparición.

Producida la ocupación de Villa Constitución y la detención de miles de activistas gremiales, militantes y ciudadanos del común: un grueso de ellos pretende ser "instalado" como parador en Coronda y posteriores confinamientos.

Fuerzas del Ejército ingresan al penal con los prisioneros invocando jurisdicción sobre ellos en razón de ser "terroristas, agentes del comunismo internacional" y que sólo es una instancia de paso. Allí se constituye Tabares invocando la teoría del "preso político" y que tal como la inmunidad de las embajadas una vez en territorio del Penal provincial, son presos amparados por la justicia provincial y su sistema.

La energía que lo caracterizaba y el enfrentamiento de jurisdicciones y la ya luz pública que se atisbaba, dubitó a las fuerzas, y ganó la apuesta. Se retiran y retoman el control las guardias penitenciarias, se registran los detenidos, constatación médica y vistas a los fiscales.

Este hecho, y el régimen de "preso político" que insertó en las resoluciones salvó, seguramente, la vida de los compañeros y ya no fue posta de paso.

Pese a las presiones de todos los poderes, llamados del Ministerio del Interior, etc. se mantuvo firme en sus convicciones con el apoyo de la población penal y hasta de los penitenciarios que le guardaban un profundo respeto (Iban a pensar dos veces antes de destituírlo o cambiar de política).

Además fijó un precedente con el que no se podía volver atrás. No olvidemos que Villa fue el tubo de ensayo de la militarización de poblaciones y de plantas fabriles por conflictos internos sindicales, y aún el gérmen de la Triple A.

Igual actitud asumió cuando pretenden el retiro de presos en medio de la noche y sólo con la presencia del coronel tal o cual.

Formalizó actas, identificaciones, aprobación de los juzgados, y nuevamente entrega previa constatación médica con precisión de destino y aviso a los familiares.

Ese es nuestro compañero César Tabares. Su presencia sigue incólume en cada uno de los lugares que le tocó actuar, y su acción provocó un antes y un después de su sólida gestión.

Programamos para febrero un homenaje y recordatorio en la Plaza del Foro como asimismo la aplicación de una vieja resolución de la Facultad de Derecho donde aprobó denominar con su nombre una de sus aulas.

* En nombre de sus amigos y compañeros de militancia.

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