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Transporte

Con poco ánimo fue recibida la presentación que realizamos el pasado martes 4, en la sesión del Consejo Superior de la Universidad Nacional de Rosario. La misma puso en cuestión lo actuado por el Instituto de Estudio de Transporte, dependiente de la UNR, en el último aumento a la tarifa de transporte urbano de pasajeros. El silencio complaciente frente al mismo, haciendo oídos sordos a los estudios que desde otros ámbitos universitarios demostraban su injustificación, habla a las claras de una universidad que sigue atravesada por la lógica privada y mercantil.

No es novedad decir que los únicos beneficiados en los sucesivos aumentos de boleto que lleva adelante el municipio son los grupos empresarios y los perjudicados de siempre son los usuarios (estudiantes, trabajadores y vecinos de los barrios) que pagan los aumentos y sufren el pésimo servicio de transporte. Se afirma así una política que sufre el transporte más como un servicio privado que como un derecho público.

Frente a esto, la Universidad debe recomponer una voz crítica y comprometida con las necesidades del conjunto de la sociedad, interviniendo con propuestas que apuesten decididamente a la recuperación de lo público y el Estado en su función social y comunitaria.

Más aún en un servicio público tan esencial y estratégico para la integración económica y cultural de nuestra ciudad. En la actualidad parte importante de sus habitantes se ven excluidos por un diseño urbano municipal signado por la variable empresarial "costo-beneficio". Por eso, la UNR no puede permanecer indiferente sobre un tema que afecta al conjunto de la comunidad rosarina, incluida la universitaria. Para ello, urge reponer la función pública y social que le otorga razón de ser, algo que en las últimas décadas ha parecido dispersarse en pos de discusiones reglamentarias y negociados personales.

Andrés Ruecas

Consejero Superior Estudiantil

Movimiento Universitario Martín Fierro.