El mundial en las escuelas

Es interesante, la propuesta de compartir el mundial de football en las escuelas, siempre y cuando, haya acuerdo entre los adultos que la implementen. En 1978, utilicé el tema, en primer grado, de la escuela Roque Sáenz Peña, gracias a una docente democrática e inteligente: Raquel Erausquin. Es importante aprovechar, la circunstancia que permita compartir, sensaciones, desde un mismo lugar, "bajo una misma bandera" y la gran diferencia, perceptiva y re-accional, según participemos unidos o divididos, no solo, por equipos o partidos... Lo que más me preocupa, en esta oportunidad, es si tendrán en cuenta, la necesaria prohibición de publicidades perniciosas o inductoras de consumos mórbidos y el análisis crítico de las mismas. Por ej., auspicios de marcas de cerveza u otras bebidas alcohólicas. También debiera tenerse en cuenta, las distintas motivaciones, que provocan aceptación o rechazo, para no agregar conflictos entre los educandos y enseñar a respetar, los diferentes intereses, que cada uno porta o diseñar, propuestas alternativas. Sería muy rico, analizar, el comportamiento o re-;acción: individual, grupal y masificado o la gamma de respuestas: desde el estrés a la indiferencia. Es una oportunidad, para intercambiar: percepciones, sensaciones, reflexiones e inducir a los niños a opinar en forma escrita, hablada, gestualizada o actuadas. Por ej. utilizando, "objetos de transición": títeres y otros elementos, así como teatralizaciones y "con-cursos" (no competitivos), intra o interescolares. No hay que olvidar a quienes carecen de visión o audición, parcial o total. Es una buena oportunidad, para enseñar el compañerismo-; fraterno y el gestado al compartir estímulos, entre contemporáneos y con-ciudadanos. Habría que advertir, el mal aprovechamiento, de algún sector político. Ej. la confusión que provocó, en 1978, la imagen de Videla , festejando junto al pueblo, ignorante de las torturas, que transitaban parte de sus habitantes.

Se podría abordar la validez de perseguir "modas" condicionantes, comparando vestimentas y hábitos, de los lugares, donde se juega. Es posible observar la distinta comunicación analógica o gestual, del público, al silenciar la pantalla o reconocer los distintos lenguajes e "idiomas": maternal, nativos y adquiridos en cada cultura (suma de lo que se cree y sabe). Vincularlos con las características físicas y geográficas y los conceptos de límites y fronteras, con sus divisiones de riesgo, como por ej, las no "re-ligiones", que desligan y provocan guerras. Serían infinitas las propuestas, si los adultos nos juntáramos, con el objetivo de utilizar la realidad, para ayudar a los niños a "inteligir" y gustar, lo que sirve para "con-vivir".

Por Mirta Guelman de Javkin