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Sólo los elegidos

El efecto de mirar en perspectiva sociológica, el "lugar" donde habitamos, con la técnica de "extrañamiento", nos permite reflexionar sobre los paréntesis que se abren en el ritmo de la vida de los estudiantes que terminan el ciclo primario de la educación y deben ingresar al nivel medio, obligatorio en su totalidad. Paréntesis que irrumpe en el calendario escolar y familiar, la necesidad de organizar y asegurar el existo mediante el esfuerzo académico y la aventura intelectual, que llevaría a evitar el fracaso de no pertenecer a los Elegidos de la educación.

El ethos de la educación, está representado en el imaginario social de la mayoría de nuestra comunidad rosarina por instituciones de nivel medio que están bajo la órbita universitaria, que legitiman con su sutil mecanismo de selección de "cerebros" las relaciones de dominación y desigualdad social del conocimiento.

Educar dentro de un marco institucionalizado es un acto absolutamente político, posee una intención profunda sobre los conocimientos a enseñar, estos últimos configuran al acto de educar una dimensión ideológica. Aunque con el cumplimiento de sus deberes éticos﷓democráticos e igualitarios la educación pública se presenta ante los "ciudadanos" como neutral y proclama "educar a todos", pero destacando restricciones de competencias y privilegios.

Ahora bien, ser el elegido no es poca cosa, asegura la perpetuación de los diferentes niveles sociales. La conquista alcanzada rompe cualquier tejido social, que intente construir "conciencia colectiva", posibilitando el privilegio social de los "saberes" solo para algunos pocos, con los aportes económicos de todos los ciudadanos.

Como educar es un acto político, los sectores más desfavorecidos de nuestra sociedad, todavía confían en uno de las últimas vacas sagradas del siglo XVIII "la escuela", creyendo que el acceso al sistema educativo sigue siendo el camino a los diferentes niveles de enseñanza y a la igualdad social.

Como educadores debemos resguardar la escuela como dimensión de acceso a lo universal del contenido de una cultura, que incluya a todo un colectivo social y no solo a los "Elegidos de la educación pública".

El Maestro dijo: Aquel que trabaja en otra hebra destruye toda la tela.

Confucio, Analectas II, 16

Corina Prieto

Profesora De Sociología de la Educación.