Jueves, 24 de diciembre de 2015 | Hoy
Venezuela
El presidente Macri ha atacado vilmente a la Revolución Bolivariana en la cumbre del Mercosur al solicitar la libertad de presos. Sabe muy bien que se trata de terroristas que han sido juzgados y condenados en juicio con todas las garantías, sin embargo su papel es el de perturbar las relaciones en el bloque. Esa es la nueva misión encomendada por el Departamento de Estado de Estados Unidos a nuestro presidente, de la mano de su empleada, la canciller argentina.
El gobierno derechista y restaurador en Argentina viene a cumplir el papel de cabeza de playa para que el imperio pueda provocar, dividir y enturbiar la integración. Son empleados del capitalismo salvaje que quieren retrotraer a nuestra América al papel de patio trasero.
Hoy tienen una base en Argentina y desde allí jugarán las cartas más sucias contra Venezuela, Ecuador, Bolivia y todos los países que intentan transitar caminos nuevos en el continente.
Esta provocación política recién comienza, y vendrán por más a través de estos nuevos títeres que los poderosos del planeta intentan consolidar en nuestra Patria. Sus agresiones no pasarán.
Héctor Marinángeli
Casa Latinoamericana del Alba, Rosario.
Gracias
En las malas nos conocemos, decimos. Y nosotros, por desgracia, pudimos confirmarlo cuando mi señora, Teresita Passaro, salía de dar su clase de danza en los talleres de la Sala Lavardén y sufrió un accidente cerebro vascular en las cercanías del teatro. Claro que lo que conocimos entonces en medio de esa desdicha fue muy poco, poquísimo de negativo, y mucho, muchísimo de positivo: desde el inmediato traslado al teatro por manos solidarias y, de allí, al HECA por tres días, hasta su permanencia más prolongada en el Hospital Español a la espera de cama en un instituto de rehabilitación. Allá en el Español, en el área Covadonga en particular, mi señora y toda su familia vivimos no solo el beneficio de la asistencia física; recibimos esa solidaridad que ya no es la ocasional invalorable por cierto, sino esa contención y simpatía prolongadas que es la otra gran medicina. Vaya entonces este agradecimiento a la capacidad y humanidad de los médicos, ni que decir de enfermeras y enfermeros, muchos capaces de hacernos sentir como gente amiga, y a la cordialidad de administrativos y de la chicas y chicos de mantenimiento. No vamos a olvidarlos, un enorme abrazo.
Héctor López
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