rosario

Lunes, 8 de octubre de 2007

OPINIóN › SIETE DIAS EN LA CIUDAD

Binner, Lifschitz y las obras

El intendente dijo que la preocupación de su segundo mandato será dotar de cloacas a toda la ciudad. Para ello necesita de fondos provinciales. Al mismo tiempo, los equipos técnicos del gobernador electo cuestionan la licitación de los grandes acueductos. Las obras públicas no pueden quedar condicionadas por mezquindades políticas.

 Por Leo Ricciardino

El intendente Miguel Lifschitz dio a conocer cuál será la preocupación central de su próximo mandato, a partir del 10 de diciembre: el saneamiento en los barrios. Y para eso espera contar tanto con la decisión política como con los fondos que le pueda suministrar Hermes Binner desde la Casa Gris. Es que se trata -la de las cloacas solamente- de una obra que supera los 450 millones de pesos, una cifra que está totalmente afuera de las posibilidades del presupuesto municipal de 2008.

Incluso Lifschitz se animó por radio (lo hizo en el programa "Los Notables" de LT8) a comprometerse en un plazo para concretar estas obras clave para el mejoramiento de la calidad de vida de miles y miles de rosarinos. "En cuatro años tenemos que terminarlas", dijo. Y en esa dirección agregó un argumento que no resiste el menor análisis: "No podremos aspirar a ser una ciudad moderna, una ciudad del siglo XXI, si prolongamos esta situación que determina que el 35% de la superficie de la ciudad carece de cloacas". Tan sincero como contundente.

Ahora, en esa misma dirección, los equipos técnicos y políticos del gobernador electo han anticipado que van a revisar el proceso de licitación y adjudicación de los grandes acueductos de la provincia: el norte, centro y sur, así -en tres tramos- que determina una inversiones cercana a los 900 millones de pesos. Es una obra clara sí, pero que dará no cloacas sino algo mucho más vital para un millón ochocientos mil santafesinos: agua potable. Sin esta obra, ¿puede entonces aspirar Santa Fe a ser una provincia "moderna" o una provincia "del siglo XXI"?

Una cosa es sospechar de posibles sobreprecios alrededor de esta obra monumental (sin duda una de las más trascendentes para la provincia), y otra muy distinta es congelar la licitación para que no haya sido el gobierno que se está yendo el que haya comprometido el presupuesto al elenco que viene desde diciembre. Más claro, una obra que beneficia a semejante cantidad de gente no puede ser presa de mezquindades políticas.

Ahora que Binner decidió aplicarle a Jorge Obeid la "política del frío" -esto es ignorarlo olímpicamente- como respuesta a las designaciones en la Corte que el peronista hizo a pesar del pedido específico y en contrario del socialista; lo único que no debe hacer el futuro mandatario es lo que todos los que asumen tratan de hacer: tabla rasa del pasado inmediato. Obeid lo dijo con soberbia el fin de semana. "No puede pretender que el mundo empezará con él. Lo que tiene que hacer Binner es continuar con los que nosotros venimos haciendo", dijo mientras cortaba las cintas de nuevos tramos de la ruta Nº40, en el norte santafesino profundo que sigue aislado en muchas partes tras el desguace del ferrocarril.

Lifschitz comprometió también a Binner en una obra que ya está muy cerca de la vergüenza. "El gobernador electo va a liderar el reclamo para que se termine de una vez por todas la autopista Rosario-Córdoba", dijo el intendente que agregó a esta concreción el Plan Circunvalar y las autovías de las rutas 33 y 34, para vincular a Rosario más rápidamente hacia la zona de Venado Tuerto por un lado; y hacia Rafaela por el otro.

Lo que se está viendo son los primeros atisvos del funcionamiento de dos gobiernos del mismo signo político en Rosario y la provincia. Por lo que se percibe, con semejante respaldo, esta ciudad podrá animarse a pensar más profundamente de manera metropolitana.

[email protected]

Compartir: 

Twitter

 
ROSARIO12
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.