Lunes, 4 de mayo de 2009 | Hoy
OPINIóN › SIETE DIAS EN LA CIUDAD
Lo que quedó de los discursos de Lifschitz y Binner en Luz y Fuerza, cuando el socialismo consagró sus candidaturas nacionales. La provincia como escenario del 2011, la izquierda y la derecha. La táctica del mensaje contundente y la trascendencia de las elecciones del 28 de junio.
Por Leo Ricciardino
A tono con el gobernador Hermes Binner, el intendente Miguel Lifschitz también tuvo un protagonismo central en el Congreso partidario del sábado, que confirmó las candidaturas nacionales del socialismo en el Frente Progresista. El intendente aseguró que "el 28 de junio se definen cosas importantes. En Santa Fe van a estar en juego las alternativas para la Argentina del futuro: O la derecha que vuelve y expresa el pasado, o el futuro que expresa el socialismo y nuestros candidatos del Frente Progresista". Fuerte, por cierto, en boca de un hombre que -al igual que el gobernador- pocas veces usan la potencia de una frase para intentar convencer de algo. La campaña comenzó y se requiere de ideas concretas y penetrantes.
La corta y contundente frase de Lifschitz pronunciada en el escenario de la sala del gremio Luz y Fuerza de Rosario revela varias cosas. Primero, no hace falta nombrarlo (nadie lo hizo ese día) a Carlos Reutemann. El y no otro es "la derecha que vuelve", y él es también quien expresó según el intendente rosarino "el neoliberalismo, el menemismo y lo peor de la política oportunista". Ya antes lo había señalado el propio Binner, también sin nombrarlo. "Primero fueron menemistas, después kirchneristas y ahora otra vez antikirchneristas. Quién sabe qué serán mañana", se preguntó ante la tribuna socialista que aplaudía a rabiar. Está muy claro adónde se apunta.
Por otro lado, los disparos discursivos del intendente revelan que la intención es dejar en claro que Reutemann no se ha movido de su territorio ideológico por más que ahora insista en que es "mucho más de izquierda de lo que muchos creen". Por si alguien aún está confundido, ahí estarán Binner, Giustiniani y Lifschitz para aclararle el panorama.
Pero la otra cosa que revela el párrafo más sobresaliente de Lifschitz en su discurso de campaña como titular del PS a nivel provincial, es el reconocimiento de que el próximo 28 de junio se juega en parte también el 2011. Cuando dice "en Santa Fe van a estar en juego las alternativas para la Argentina del futuro". Reconociendo que Reutemann es el enemigo a vencer (también en la carrera hacia la presidencia) pero además que el contrincante del ex piloto será Hermes Binner.
El senador Rubén Giustiniani descansa tranquilo desde hace tiempo. Porque al principio -cuando nadie sabía si Reutemann sería o no candidato- pensó que todo el peso de la campaña recaería sobre sus espaldas y que sería difícil concentrar los votos que en su momento logró captar Binner para la gobernación. Pero apenas el senador peronista se lanzó al ruedo, Giustiniani sabía que no tendría que convencer a Binner de salir a la arena. La verdadera pelea de fondo está allí, de cara al 28 de junio pero también pensando en el 2011. El que pierda este año, no tendrá definitivamente cerrado el camino hacia la Casa Rosada, pero habrá retrocedido varios casilleros.
Pero aún hay más para analizar del discurso del intendente de Rosario. En alguna medida, también se utiliza la táctica de la confrontación que tanto se le ha criticado a Néstor Kirchner en los últimos días, cuando dijo "o gana el oficialismo o vuelve el estallido del 2001". Más ténue, Lifschitz expresó que si no gana el socialismo en Santa Fe "vuelven las políticas neoliberales". Es diferente, pero no tanto.
En rigor, porque lo que se le critica a Kirchner ya lo han hecho todos. Este fin de semana los diarios se encargaron de repasarlo. El "Yo o el abismo" de Carlos Menem, y el "no le ate las manos a Alfonsín", durante la primera elección legislativa del presidente que dos años antes había asumido como el primero desde la recuperación de la democracia. El mismo, Alfonsín, es el que decía "una campaña, una idea". El electorado no tiene hoy el tiempo de concentrarse en cosas que tenga que desmenuzar -así nos va, ¿no?- por eso hay que golpear al plexo, una vez. Fuerte y claro. Para que se entienda.
Hay matices, a no dudarlo. También hay izquierda y derecha por más que algunos se esfuercen inútilmente por sepultar la dicotomía; pero a esta altura lo que no se puede permitir es que se imponga el discurso pseudo ingenuo que dice que estas elecciones de mitad de mandato, en realidad, no son tan importantes. A otro con ese cuento.
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