Miércoles, 15 de noviembre de 2006 | Hoy
Por Sebastián Artola *
La conflictiva situación al interior de la U.N.R., desatada tras la decisión del rector interino Aldo Gimbatti de convocar a Asamblea Universitaria recién para mayo del año próximo, pone sobre tablas varias cuestiones que hacen al presente de la Universidad pública. Primero, el dato coyuntural es la fractura de la alianza política entre radicales y socialistas que durante todos estos años gobernó la Universidad (lo que no deja de ser un eco de la política provincial y los chispazos que hoy cruzan esa amalgama de progresismo y derechismo que es el Frente Progresista Cívico y Social). Segundo, la inercia neoliberal en los "proyectos de gestión" de dichas fracciones políticas. Tercero, la ausencia en los planteos de los distintos actores que dominan la vida política universitaria del necesario debate sobre un Nuevo Proyecto de Universidad que la comprometa con las mayorías populares y la ubique como actor dinámico de la transformación del país.
Clara es la jugada de Gimbatti de quedarse todo este tiempo al frente de la UNR, posicionarse políticamente y definir "su sucesor" en las elecciones del año próximo. Marcando el regreso del radicalismo a la conducción de la UNR.
Por supuesto, la moción planteada para la inmediata convocatoria a una Asamblea que elija el rector que complete el mandato de Suárez y, a la vez, discuta la necesidad de una nueva política que redefina la orientación de la Universidad de Rosario, fue desoída por todos los decanos y la mayoría de los consejeros superiores.
Conclusión: la puja entre radicales y socialistas pone blanco sobre negro la continuidad de un modelo de universidad que sólo se mira el ombligo, pensándose más hacia el "mercado", las empresas privadas y fundaciones extranjeras, que en relación con la sociedad, el sistema educativo público, el Estado nacional y los desafíos del desarrollo económico nacional, coordenadas básicas desde las cuales debe ser pensado un nuevo proyecto político de universidad.
Tan importante como la preocupación por el presupuesto es la pregunta por cómo se distribuye el dinero en la Universidad de Rosario. Si no reproducimos el esquema jerarquizante, desigualitario y excluyente que instituye la vida universitaria, donde pocos llegan y muchísimos menos terminan, como un cuello de botella puesto al servicio de financiar, como dice el politólogo Eduardo Rinesi, "las carreritas académicas de una pequeña élite".
* Consejero Superior Estudiantil Movimiento Universitario Martín Fierro
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