Treinta y dos días después de haber cerrado a raíz de la quiebra decretada por la Justicia, los 40 trabajadores del restaurante Rich volvieron ayer al tradicional local ubicado en San Juan al 1000. Lo hicieron con profunda emoción, tras haber firmado con el juez que interviene en la causa un contrato de alquiler por dos meses. "Dejamos de trabajar el 24 de marzo, el día del Golpe. Si todo sale bien vamos a reinaugurar el 1º de mayo, el día del trabajador, todo un símbolo para nuestra lucha", anunció a Rosario/12 Héctor Duarte, el vicepresidente de la cooperativa conformada por los ex empleados de la empresa quebrada.

A media mañana se firmó en los Tribunales, en el despacho del juez Civil y Comercial de la 10º Nominación, Eduardo Oroño, el contrato de Fondo de Comercio en el marco del expediente "Saracco y Tejedo SRL s/ Concurso Preventivo, hoy quiebra", mediante el cual los integrantes de la cooperativa recibieron formalmente las llaves del local.

Por la tarde, los empleados abrieron las puertas del Rich. El mismo inmueble donde muchos trabajaron durante años atendiendo a los comensales, sirviendo platos exquisitos que lo convirtieron en una de las casas de comidas emblemáticas de la ciudad.

"La verdad, nos emocionamos mucho al entrar", reconoció Duarte. "Las mujeres, las esposas fueron las que más lo sintieron pero a casi todos se nos cayó una lágrima. Fue el último paso para convencernos de que realmente podíamos salir adelante, pese a lo díficil que parecía y cuando a muchos trabajadores este proceso les llevó meses".

El contrato suscripto ayer tendrá validez hasta el 30 de junio, fecha en la que vence el plazo de locación original. En el documento se fijó que los trabajadores paguen un alquiler de 4500 pesos en cuotas quincenales y hagan uso de los elementos y muebles que quedaron dentro del restaurante.

El 1º de julio el magistrado analizará una eventual prórroga del alquiler, aunque ya a un valor acorde a las tarifas vigentes en el mercado actual, cerca de 9000 pesos, según trascendió.

"Lo único urgente que nos hace falta es una máquina registradora, pero con el resto nos arreglamos", dijo Duarte. De hecho, las mesas y las sillas están en buenas condiciones al igual que los utensillos de cocina, heladeras industriales, los hornos y la parrilla.

Como reconocimiento a su lucha muchos proveedores prometieron entregar, inicialmente, la mercadería sin cargo. Incluso una bodega anunció que aportará el vino para la jornada de reapertura.

"Queremos que la gente sepa que esto va a ser una cooperativa solo legalmente, nada va a cambiar en el interior del restaurante, el funcionamiento y la atención va a ser la misma que siempre ofrecimos. Vamos a servir los mismos platos, a los mismos precios, con la misma calidad que tuvo durante tantos años el Rich", aseveró Duarte.

Para el vicepresidente de la cooperativa, el emprendimiento "es rentable. Nosotros lo sabemos mejor que nadie. Antes la plata que entraba iba a otro lado pero si se lo administra bien, va a andar".