La Justicia procesó por homicidio culposo y lesiones culposas al capataz y al jefe de obras de un tendido cloacal de zona oeste, donde un obrero murió y otro resultó herido, al quedar sepultados por el desmoronamiento de la profunda zanja, en abril pasado. Ambos empleados de la empresa Obring aparecen como responsables de los trabajos que se realizaban en Venezuela y Tupac Amarú, detrás del hipermercado de Circunvalación y Eva Perón, la tarde del 18 de abril, cuando Doroteo Riquelme, un empleado de origen paraguayo de 32 años, y Felipe Bertoni, de 42, descendieron entre cinco y siete metros para "correr una bomba" extractora que sacaba el agua de la fosa inundada, que no estaba apuntalada. Poco después, una de las paredes del pozo se desmoronó y sepultó a los hombres.

Los trabajadores que estaban arriba lograron salvar a Bertoni, pero no a Riquelme. "No es necesario que los obreros bajen. Tendrían que haber usado la máquina", respondió el capataz en su declaración, ante la consulta de si está permitido el descenso de los obreros para la colocación de la bomba.

En el lugar, la contratista debía conectar un caño cloacal proveniente de Funes y empalmarlo con la red oeste de la ciudad. La obra era ejecutada por cuenta del Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (Enohsa), del Ministerio de Planificación Federal, con un presupuesto de 65 millones de pesos.