A Hermes Binner le toca esta vez poner energías en pegarle a todos y revisarle el archivo a sus competidores. Algo debe hacer para acortar distancias desde el exiguo y sorprendente 13,3 por ciento de votos que arañó en las primarias y que lo relegó al cuarto lugar en la provincia que gobernó hasta 2011.

Por eso ayer el candidato a senador nacional por el Frente Progresista blandió su verba y arremetió contra el primero de la lista, el diputado nacional Omar Perotti, postulante a senador por el Frente para la Victoria. Lo relacionó con la privatización del Banco Provincial de Santa Fe durante la gobernación de Jorge Obeid. "La gente sabe lo que pasó en esta provincia. Por eso conocen que (Omar) Perotti fue el que nos dejó sin banco. A ninguna otra provincia le pasó esto. Nos quedamos sin una herramienta fantástica para el apoyo a las pequeñas y medianas empresas. Perotti, junto con Cavallo y Menem se lo entregaron a los hermanos Rohm y esto los santafesinos no lo van a perdonar", disparó el socialista.

Más temprano, Binner caminó por la peatonal Córdoba junto con la intendenta Mónica Fein, quien atendió al segundo, el aspirante a renovar banca, ahora desde el PRO: "(Carlos) Reutemann ha sido senador durante 12 años y no lo conozco. No vino nunca a la ciudad, ni siquiera un 20 de Junio a rendirle un homenaje a la Bandera", lanzó la jefa municipal.

Binner expresó confianza en acceder a la Cámara Alta. "Vamos a revertir el resultado de las PASO, lo percibimos en el contacto con la gente. La población está comprendiendo la importancia de elegir bien al representante de la provincia, además del presidente. Vemos una mayor predisposición al corte de boleta. Vamos a ser la sorpresa de esta elección", auguró.

Y sin nombrar al Lole, lo citó por comparación: "No voy a ir al Senado a calentar una silla, y no nos van a encandilar las luces de la capital. Vamos a ocupar una banca para defender los intereses de los santafesinos y las santafesinas. La gente en la calle nos pide que peleemos por Santa Fe".

Desde la elección de agosto, en la que quedó 230 mil votos por debajo de Reutemann, superado incluso por el debutante Eduardo Romagnoli, candidato por el massismo, Binner enfocó su estrategia de campaña en enmendar el perjuicio de haber ido con sábana corta, sin candidato presidencial explícito. Por eso apeló al corte de boleta, a jingles en ritmos populares y a la tijera como fetiche. "La cumbia de la tijera va a ser un éxito que se seguirá escuchando después del 25 de octubre", bromeó. Y definió esa forma de votar como "un hecho democrático, y la tijera es un instrumento político, así como fue un hecho democrático la boleta única que en su momento impulsó Pablo Javkin: ahora reemplazamos la marca de la crucecita por la tijera; es una herramienta pequeña pero muy efectiva a la hora de definirse por la defensa de la provincia".