Domingo, 22 de abril de 2007 | Hoy
Es el caso del chico de 17 años, acusado de homicidio, que
murió tras prenderse fuego envuelto en un colchón cuando
estaba detenido en el Instituto de Rehabilitación de Rosario.
Por Alicia Simeoni
La muerte del chico Néstor S. de 17 años después de que fue sacado del Instituto de Rehabilitación del Adolescente Rosario (IRAR) con el 80 por ciento de su cuerpo quemado dejó interrogantes que deberá develar la investigación judicial para determinar qué sucedió la noche del miércoles pasado en la celda del pabellón A, donde fue alojado cuando expresamente había pedido no ir allí. A pesar de que tanto Néstor como la celda debieron requisarse y estar "limpios", las pericias ordenadas por la Justicia determinaron que allí había colillas de cigarrillos lo que lleva a preguntarse si los tenía o si alguien se los dio. Por otra parte la autopsia determinó que Néstor no tenía quemaduras en los pies ni en los testículos por lo que también hay preguntas en cuanto a la posición en la que estaba cuando se inició el fuego. Desde el Area de Relaciones con el Poder Judicial del Programa Nacional Antiimpunidad que depende del Ministerio de Justicia de la Nación, Raquel Soprano de Witis dijo que "es terrible que alguien que está al cuidado del Estado, más allá del delito que haya cometido, pierda la vida, cuando debe ser cuidado y protegido. Está privado de la libertad no de vivir en condiciones dignas. Se trata de muertes anunciadas".
"Se trata de un hecho de negligencia total" dijo a Rosario/12 una fuente del juzgado de Menores Nº 2 que investiga si en el caso hubo algún chico involucrado, de lo contrario la muerte de Néstor S. pasará al fuero penal, de Instrucción o Correccional.
Néstor S. había sido detenido un tiempo después del asesinato del joven de 25 años Luciano Drovandi quien quedó tendido en la intersección de Pellegrini y Provincias Unidas donde murió cuando le robaron la moto. El chico de 17 años quemado en el IRAR fue alojado en el Instituto de Rehabilitación e imputado junto a otro adulto por ese hecho. Tiempo después escapó en una situación poco clara y el martes por la noche fue detenido por la Brigada de Homicidios en la esquina del IRAR, en Saavedra y Cullen, mientras vendía droga. En ese momento el juez Juan Leandro Artigas ordenó que se lo llevara a la seccional Nº 1 y el miércoles por la mañana lo revisó el médico forense que constató que estaba bien y sin lesiones. Ese mismo día, a las 6 de la tarde, fue trasladado al IRAR "por orden administrativa, no judicial", dijo una fuente tribunalicia e ingresó a la zona de admisión del Instituto.
Junto a la ley 26.061 de Protección de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes coexiste la ley 22.278, antagónica de la anterior, que hace intervenir al juez de Menores con el criterio del patronato. "Las autoridades administrativas dispusieron del chico como si fuera una cosa y nunca como un sujeto de derecho", dijo la misma fuente judicial en relación con la Dirección del Menor en Conflicto con la Ley Penal a cargo de Elba Ballore que no solicitaron la orden del juez para sacarlo de la seccional 1ª y llevarlo al IRAR. "Un grueso error porque de allí ya se había escapado".
"El chico está allí como parte de un tratamiento porque se lo considera en riesgo si está en la calle, entonces se lo priva de la libertad en la cual, en este caso Néstor S., se expresaba con conductas que confrontaban con el orden vigente. Se podía inferir que estaba en situación de riesgo y abandono. De allí que el sistema legal dice que se disponga provisionalmente del chico en una institución cerrada" se dijo desde la Justicia. "El estaba en una situación de tutela para evitar el riesgo en el que estaba él y en el que podía poner a un tercero. Por tutelarlo el mismo sistema lo mató, más allá de quien haya sido la mano ejecutora", siguió la fuente judicial.
Raquel Soprano de Witis perdió su hijo a manos de la policía. Hoy es la encargada de las relaciones con el Poder Judicial del Programa Nacional Antiimpunidad del Ministerio de Justicia de la Nación que ya estuvo el año pasado en Rosario y constató la situación del IRAR y además mantuvo entrevistas con magistrados y con funcionarios de la provincia y de la Municipalidad. A partir del informe elaborado, el caso fue elevado por el Colectivo Infancia a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que tiene prevista una visita a Rosario.
Soprano de Witis dijo ayer a Rosario/12 que "es terrible que alguien que está al cuidado del Estado, aún acusado de algún delito, muera, porque el Estado es el responsable de su seguridad mientras está privado de la libertad". Después recordó que justamente esa privación de la libertad no quiere decir que esté privado de sus otros derechos como el de vivir en condiciones dignas. Se trata de muertes anunciadas y que se pueden prevenir, porque todas las personas deben ser tratadas como tal al margen del delito que hayan cometido. Se debe llevar la investigación hasta las últimas consecuencias para que los padres no sigamos enterrando a nuestros hijos muertos por el mismo Estado".
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