Andrés "Pillín" Bracamonte, líder de la barrabrava de Central, deberá seguir el clásico del sábado por televisión. No obedece esto a los anuncios formulados ayer por el presidente Horacio Usandizaga (ver aparte), sino por una resolución de la Justicia, que le ratificó al barra de Arroyito su prohibición de ingreso al estadio canaya.

Una orden judicial firmada meses atrás por la jueza Raquel Cosgaya le impide a Bracamonte acceder al Gigante de Arroyito cuando el primer equipo juega de local. En lo que va del Clausura el líder de la barra auriazul sigue los partidos desde la vereda, inhibición que intentó dejar sin efecto para el clásico con Ñuls, al elevar en Tribunales una autorización especial. Pero el juez en lo Penal de la 4° Nominación, Jorge Eldo Juárez, denegó tal petición fundamentando la decisión en la jurisprudencia del "caso Di Zeo (líder de la barra de Boca)", en donde se estableció que aquella persona que ejerza el liderazgo de una barrabrava debe ser considerado como jefe de una asociación ilícita. En la disposición judicial, además, Juárez extendió la medida de impedir a Bracamonte aproximarse al domicilio y lugares habituales de actividad de Pablo García, el empleado del club que denunció a "Pillín" por amenazas para que le entregara una cantidad importante de cuotas societarias días antes de las elecciones que de noviembre último.