A pesar de la Ley de Reparación que sucedió a las inundaciones de Santa Fe en 2003, que fue "nefasta" según la militante Milagros Demiryi, hay cuestiones que "perduran" aunque no se vean a primera vista: "Los muertos no son sólo los 23 ahogados que reconoció el gobierno, sino que nosotros llevamos un registro de más de cien fallecidos producto de las inundaciones. La afectación de la salud, desde la pérdida de la vida hasta las secuelas, es uno de los lados oscuros de la inundación, sobre el que no se hicieron estudios. Esto nos afectó a muchos de distinta manera, y esas afecciones no son un hecho visible, pero a lo largo del tiempo perduran".

Para Demiryi, "lo más delicado, lo más grave de todo es cuando cuesta la vida, que es lo que está costando año a año. Y la pregunta es qué secuelas hay en los niños, porque si uno habla con docentes, o con padres, se entera por el trato y la cotidianeidad, pero nadie está tomando estas necesidades para hacer políticas públicas para que la recuperación sea sólida. Acá no hubo política de vivienda, no hubo política de obras".

La querellante en la causa por las inundaciones remarcó: "Santa Fe se inundó por una obra que no se había construido, una obra que se licitó, que se pagó. Detrás de la inundación de Santa Fe hay un gran negociado. Se suponía que después, cuando hicieron las obras, no nos íbamos a inundar más, pero en 2007 de nuevo nos inundamos, por otro problema de obras. Acá falta una Ley de Indeminización, y políticas en salud, vivienda, trabajo y educación".