1) Me parece un poco presuntuoso hablar en presente puro de "acontecimientos": tal vez algo que hoy nos parece extraordinario se apague con el paso del tiempo y, al revés, algo nimio, menor una charla en un bar, por ejemplo adquiera con los años una enorme trascendencia cultural o política. Dicho lo cual, he visto con enorme simpatía e interés todos los títulos de la colección de Crónicas de la Editorial Municipal de Rosario, el crecimiento en calidad y cantidad de los catálogos de Beatriz Viterbo y de Blueart Records, lo que signfica a futuro la reapertura de El Cairo, y todo lo que puede hacerse de nuevo bajo la idea de un "cine público".

3) Insisto con poner entre paréntesis la idea de "acontecimiento" como algo inmediatamente evaluable, o aun: como algo previsible. En el 81, creo que fue en el 81, fui a una presentación de Cucaño en el Centre Catalá. Había una soga que partía al medio la sala, de manera longitudinal: de un lado sentaban a los hombres, del otro a las mujeres y las "entradas" no eran tales, sino pedazos de revistas recortados a mano. Entre las diversas cosas que sucedieron en el escenario, Adrián Abonizio cantó "Mirta, de regreso". Nos fuimos con una sensación suavecita de "qué linda noche", pero tuvieron que pasar muchos años en las cabezas de quienes estuvimos allí para que eso adquiriera el carácter de "acontecimiento" que definitivamente tiene ahora. ¿Cuántos acontecimientos futuros están pasando ahora mismo en los teatros, en los cines, en las galerías o en las salas de conferencias de Rosario?