Raúl Martínez estaba detenido en la cárcel de Coronda el 11 de abril de 2005 cuando ocurrieron los trágicos hechos que culminaron con la vida de catorce internos. "Fue una situación muy fea, particularmente me tocó tener varios conocidos entre los fallecidos, y conocía a los muchachos que tomaron esa determinación. Pero todo está en manos de la justicia. Lo que quiero remarcar es que todo lo que hacemos es para que nunca más vuelvan a ocurrir cosas como éstas, tan graves, ni dentro ni fuera de los penales, porque la violencia se vive tanto dentro como fuera de las cárceles", dijo.

--¿Hubo complicidad del personal penitenciario en la masacre?

--Lo que hubo fue permisividad del personal, porque tengamos en cuenta que murieron catorce personas y se tiraron solo cinco tiros para disuadir la situación. Está todo dicho. Solo cabe comparar lo ocurrido solo días antes de la revuelta: cuando un pabellón no quiso recluirse dentro de sus celdas se tiraron unos quinientos tiros. Por eso digo que la masacre fue permitida de alguna manera, no se controló a los que la iniciaron.