El presidente de la UCR, Felipe Michlig, volvió a marcar ayer un contraste que muchos interpretarán como otra provocación política. El líder del grupo Mimí eligió aparecer en público en la Casa Gris, junto a la vicegobernara María Eugenia Bielsa, para repartir cheques oficiales a comunas y organizaciones sociales. "No fui al acto porque no me invitaron", dijo a periodistas que le preguntaron por su ausencia en el arranque de campaña del frente opositor. Por esas paradojas políticas, y posiblemente sin saber que Michlig repartía subidios oficiales, Fascendini recordó ayer "las claudicaciones de la provincia frente al gobierno nacional en forma permanente y hoy estamos ante la dictadura de la chequera", dijo. "No puedo dejar pasar la situación de la UCR", agregó Fascendini en su discurso. "Les doy la seguridad de que el proceso de cambio que vive la UCR es irreversible porque la mayoría de los dirigentes de base, militantes y afiliados está convencido de que la alternativa de crecimiento de nuestro partido se van a realizar en el Frente Progresista".