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La crisis ha disparado el número de personas que solicitan ayuda "básica para subsistir", comprar alimentos y evitar perder sus casas, inform hoy la Cáritas, la organización de ayuda de la Iglesia Católica que en 2008 atendió a un 50 por ciento más de personas que en 2007.

También ha cambiado el perfil de las personas que se acercan a pedir ayuda, apuntó Agea, quien destacó el aumento de familias jóvenes con niños pequeños, desempleados recientes que están a punto de perder el subsidio y mujeres solas con cargas familiares.

"También cada vez más se acercan a Cáritas hombres solos sin hogar, separados o divorciados, que están desempleados y no pueden afrontar el pago de un hogar donde vivir, y trabajadores autónomos que han tenido que cerrar sus pequeños talleres o comercios a causa de la crisis", explicó.

Ante esta situación, los servicios sociales públicos han respondido con "falta de previsión y de agilidad" y con una "grave dimisión de responsabilidades", hasta el punto de que el 52 por ciento de las personas que llegan a Cáritas lo hace por indicación de las administraciones, que no pueden hacer frente a la avalancha de peticiones.

Agea criticó que los fondos públicos para ayudas básicas "están en el mismo nivel que en 2007, lo que demuestra una grave falta de previsión y ajuste ante la crisis".

Las administraciones tampoco han sabido adaptarse a la nueva situación, con lo que por ejemplo, los trámites para recibir ayudas básicas tienen unos plazos de 98 días, "tres meses en los que la gente sigue teniendo que comer, vestirse y pagar sus deudas para no quedarse en la calle".

Cáritas ha hecho un llamamiento en favor de un pacto de Estado para facilitar un crédito a los Ayuntamientos que les permita asistir a las personas necesitadas antes de que caigan en la "más absoluta pobreza y exclusión".

El número de desempleados en España se sitúa en torno a los cuatro millones, de los cuales más de un millón perdieron su trabajo en el último año.