Alencar falleció en una sala de terapia intensiva del Hospital Sirio Libanés, donde lo acompañaban su esposa e hijos. Alencar había sido hospitalizado de urgencia el lunes en estado "crítico", con fuertes dolores abdominales, tras haber recibido el alta el 16 de marzo.

Minutos antes de su deceso, uno de los médicos del hospital, Raúl Cutait, había anticipado que el estado del político era gravísimo. "Él volvió a sufrir una perforación (intestinal), tiene una peritonitis y ya no tiene condiciones de tratamiento. Le estamos dando todo tipo de apoyo para que no sufra", expresó Cutait, quien luego agregó que Alencar se preparaba "para descansar".

Desde que le fue diagnosticado el cáncer, hace casi tres lustros, Alencar fue sometido a 17 operaciones quirúrgicas, y recientemente interrumpió por recomendación médica el tratamiento de quimioterapia.

A lo largo de los ocho años en que fue vicepresidente de Brasil, Alencar conquistó enorme popularidad entre los brasileños a raíz de su resistencia al cáncer y al buen humor que lucía pese a la enfermedad. "Yo nunca tuve miedo a la muerte. Todos nos moriremos un día. Sólo le pido a Dios que no me dé ni un día más de vida si no es un día del cual me pueda enorgullecer", dijo una vez.