Al presentar el Programa de Financiamiento Productivo del Bicentenario, Cristina recordó que "uno de los problemas que tiene Estados Unidos es que el 1 por ciento de la población tiene el 25 por ciento del ingreso total de la economía. (...) La concentración del ingreso fue formidable, a tal punto que desapareció el 40 por ciento de la clase media estadounidense, porque desapareció el consumo y un sector se apropió de la rentabilidad. (...) Nadie puede quedarse con toda la torta porque no le va a servir y, además, se va a indigestar".

La Presidenta afirmó en Casa de Gobierno que "es preciso agregar valor a los productos y no basta ya la producción primaria. (...) En el siglo XXI la riqueza se hará desde aquellos sectores que tengan el conocimiento científico y produzcan valor agregado. Los alimentos no alcanzarán para satisfacer las demandas mundiales, por lo que existe un desafío a futuro muy importante, que será compartido entre el Estado y los sectores privados", a los cuales instó a corregir errores, ya que "nadie es infalible".

Al referirse a la crisis que atraviesan Grecia, Irlanda, Portugal e Italia, entre otros países, Cristina advirtió que abandonaría su lenguaje académico y les reprochó a los gurúes de la City, que en 2008 reclamaban seguir el "ejemplo de los países serios" reivindicar el papel de las calificadoras de riesgo que hoy la Unión europea quiere eliminar: "Los serios quieren eliminar, no cambiar, y lo hacen en defensa de sus intereses, no como algunos giles que tenemos entre nosotros". "Qué gilada... -agregó-. Se la pasaron diciendo a través de los medios de comunicación, los noticieros, economistas con aires de sabiendo, que miráramos lo que decían Fitch o Moody's... Y ahora resulta que los serios quieren eliminar los índices cuando no les convienen".