Moreno tenía 60 años, era un conocido abogado penalista de la provincia, integrante del tribunal de ética del Colegio de Abogados local y defensor de Romano, procesado por delitos de lesa humanidad. De acuerdo a las fuentes policiales, en el lugar del crimen se habría producido un intercambio de disparos, aunque ninguna autoridad de la fuerza lo confirmó. La posibilidad de que Moreno haya disparado surge de su condición de presidente del Club de Tiro de Mendoza.

Los primeros trascendidos de la investigación, señalan que el abogado se encontraba en la habitación de estudio leyendo papeles vinculados a su actividad, mientras que su esposa descansaba en otro sector del inmueble, cuando ingresaron a la casa dos personas armadas con presuntos fines de robo.

Hasta la vivienda de Moreno llegaron el jefe de la Policía local, Juan Carlos Caleri; el ministro de Seguridad, Carlos Aranda, y la fiscal de Delitos Complejos, Claudia Ríos.