Martes, 28 de agosto de 2012 | Hoy
17:21 › ALGO HUELE MAL...
Tras la denuncia realizada por Página/12, en su edición del domingo pasado, la Corte Suprema le dio al juez Luis Antonio Armella, quien supervisa la limpieza del Riachuelo, un plazo de cinco días para aclarar si efectivamente ordenó obras complejas en plazos tan perentorios que impidieron hacerse por licitación y fueron adjudicadas de manera directa a empresas vinculadas con el propio magistrado.
La Corte decidió además dar intervención a la Auditoría General de la Nación (AGN) para que "dentro de la brevedad posible" realice una investigación y se expida sobre las anomalías que la nota "Nieblas del Riachuelo", publicada en Página/12 le atribuyó el domingo pasado al juez.
Fuentes judiciales agregaron que "sólo la complejidad del expediente" impidió que se aprobara la iniciativa de un ministro de la Corte que esta mañana propuso suspender a Armella en el trámite de la causa, que lo tiene como juez de ejecución del fallo del máximo tribunal desde 8 de julio de 2008.
"No podemos ignorar estas cosas y quedarnos con la incertidumbre" y, por eso, "es necesario que (el juez) explique e informe", dijo uno de los jueces de la Corte, quien afirmó que Armella "hasta ahora llevó muy bien la causa y nunca tuvimos ninguna queja".
En su artículo del 26 de agosto, Horacio Verbitsky sostuvo que "el enorme poder que la Corte Suprema de Justicia delegó en el juez federal de Quilmes Luis Antonio Armella para ejecutar la sentencia sobre la limpieza del Riachuelo ha permitido que un grupo de empresas vinculadas con el propio magistrado obtengan contratos millonarios sin licitación dentro del plan integral de saneamiento ambiental, que Armella debe supervisar. El plan fue elaborado por la Autoridad de la Cuenca Riachuelo-Matanza (Acumar), de la que participan la Nación, la provincia y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, junto con catorce municipios del Conurbano. Documentos de la Acumar muestran un modus operandi que se reitera: el juez intima a la Autoridad de la Cuenca bajo apercibimiento de graves sanciones a realizar diversos proyectos en plazos perentorios. Invocando estas resoluciones, la Acumar elude la licitación y las obras son realizadas por las empresas próximas al juez que las ordena".
En la misma nota, Verbitsky afirmó que "una reconstrucción incompleta indica que las obras ya emprendidas o a realizar por ese grupo de empresas ascienden a 250 millones de pesos. Los precios que cotizan y que la Acumar acepta hasta duplican los de mercado. Lo que se acelera con las intimaciones es la firma de los contratos, no el avance de las obras encomendadas. Hasta el registro de estos procedimientos es difícil, ya que la Acumar contrata esas obras por convenios con otras entidades, como el Organismo Bonaerense para el Desarrollo Sustentable (OPDS), la Coordinación Ecológica Area Metropolitana Sociedad Del Estado (Ceamse), la Universidad Tecnológica Nacional y diversos municipios, entre los más asiduos el de Lomas de Zamora. Acaso -adelantó Página/12- sospechando algo, la Corte Suprema requirió hace dos semanas a la Acumar un informe detallado sobre el grado de avance alcanzado en el cumplimiento de cada uno de los objetivos obligatorios impuestos en su fallo".
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