"Para resolver la controversia nuclear, primero mostraré mayor transparencia para fortalecer la confianza, y siempre que esa confianza esté manchada, trataré de reconstruirla de nuevo", sostuvo en su primera conferencia de prensa Rohani y condenó las sanciones económicas de Occidente contra Irán, argumentando que las medidas son injustas para el pueblo iraní.

"Esto fue más que una elección, fue una llamada de una mayoría a favor de la moderación y el respeto, y en contra del extremismo. Irán ha comenzado una nueva etapa de moderación", resaltó el mandatario electo.

"No olvidaré mis promesas previas a las elecciones, pero lo que puedo decir ahora es que la era de tristeza ha terminado", agregó en referencia a los ocho años de presidencia de Ahmadineyad, aunque insistió en que "no buscamos seguir con las tensiones" en la relación con Estados Unidos, pero "no se entrometerá en asuntos internos de Irán y reconocer sus derechos, incluidos los nucleares".

Respecto de Siria, presidente electo aseguró que la "mayor preocupación es el fin de la violencia en Siria; nuestro mayor deseo, ver cumplida la demanda del pueblo sirio". "Queremos un freno a la intervención extranjera en Siria y estamos en contra del terrorismo en aquel país. Tendría que tener permitido quedarse en el poder hasta las elecciones de 2014", indicó.

En relación a la fuerte relación que la gestión de Ahmadineyad entabló con Venezuela y amplió con Cuba, Nicaragua, Bolivia y Ecuador, y, en menor medida, con Brasil, Argentina, Uruguay y México; el nuevo mandatario adelantó que continuará en ese camino, pero su "primer paso será mejorar los lazos con los vecinos de su entorno, los países islámicos y los No Alineados".