Lunes, 17 de junio de 2013 | Hoy
00:12 › EL GOBIERNO PROHIBIó LA UTILIZACIóN DE BALAS DE GOMA
Miles de personas volvieron a concentrarse en varias ciudades del país después de que la gobernación de San Pablo -epicentro de las protestas- y los líderes del Movimiento Pase Libre (MPL) acordaran que la quinta protesta contra el aumento sería pacífica y que la policía se mantendría a distancia. Además de protestar contra el aumento en el transporte público, los manifestantes rechazan los gastos en la Copa Confederaciones y en el Mundial del año próximo. En Río de Janeiro, arrojaron bombas molotov contra la sede de la Asamblea General carioca y se enfrentaron con la policía militarizada.
Al término de una reunión, el secretario de Seguridad Pública paulista, Fernando Grella, informó que la policía se comprometió a no usar balas de goma para reprimir la manifestación, mientras que los activistas aceptaron que la marcha fuera acompañada por los uniformados. En Belo Horizonte, una gran masa de manifestantes bloqueó algunas vías del centro de la ciudad y se dirigió al estadio Mineirão, que acogía el partido de la Copa Confederaciones de fútbol entre Nigeria y Tahití.
Algunos de los manifestantes protestaban también por el gasto de Brasil en la organización de ese torneo, que reúne a las selecciones de España, Italia, Japón, México, Nigeria, Tahití y Uruguay, además del equipo local, y docentes hicieron una caminata para pedir más inversión en educación.
Mientras, en San Pablo miles de personas marcharon con pancartas sin que hubiera ningún enfrentamiento, y en Brasilia la protesta ocupó la avenida principal, donde se ubican los ministerios, y se dirigió al Congreso. Los policías reprimieron con spray de pimienta y bombas lacrimógenas a los activistas, pero no pudieron evitar que algunos rompieran el cordón policial y penetraran en el área externa del Palacio Legislativo.
La violencia se hizo presente en Río de Janeiro, donde la manifestación, en la que participaron unas 6000 personas, según algunos medios de prensa, pero cerca de 10.000 según estimó la Policía, fue pacífica durante cuatro horas para culminar violentamente frente a la Asamblea Legislativa de Río. Un grupo de personas lanzó bombas molotov y fue reprimida con gases por la policía.
Durante el fin de semana, las protestas contra los aumentos de las tarifas del transporte se extendieron frente a algunos de los estadios en los que se juega la Copa Confederaciones de fútbol, que comenzó el sábado en Brasilia.
Los abusos policiales registrados en la última protesta contra el aumento, cuestionados en medios de todo el mundo, llevaron a las autoridades a alterar los protocolos de seguridad, descartar el uso de balas de goma, y vetar la actuación de la Tropa de Choque de la Policía Militarizada, que el martes pasado, en el centro de San Pablo, reprimió con balas de goma, bombas de gas lacrimógeno y gas pimienta a los más de 5000 manifestantes e inclusive a transeúntes y periodistas que cubrían el evento. La acción policial dejó un saldo decenas de heridos, entre ellos 15 periodistas, algunos con impacto de las balas de goma en el rostro, y más de 200 detenidos. Otra disposición para las marchas de hoy fue que los periodistas que cubrieran el evento usaran chalecos que los identifiquen fácilmente.
Las protestas estallaron después de que la alcaldía decretara un aumento (de 3 a 3,20 reales) el precio del transporte urbano, aunque los organizadores reivindican la gratuidad del transporte público.
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