Lunes, 4 de noviembre de 2013 | Hoy
16:02 › MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA
Desde este mediodía, en La Rioja, son juzgados el multicondenado represor Luciano Benjamín Menéndez --quien sigue la audiencia por videoconferencia-- y el comodoro Luis Estrella, ambos acusados de homicidio calificado y asociación ilícita agravada. Por el asesinato del obispo Enrique Angelelli, cometido el 4 de agosto de 1976, estaban acusados otros tres represores, que fallecieron antes del demorado inicio del juicio.
El tribunal está integrado por José Camilo Quiroga Uriburu como presidente y los jueces de Cámara Subrogantes Carlos Julio Lascano del Tribunal Federal 1 de Córdoba y Juan Carlos Reynaga del Tribunal Federal de Catamarca. Por el Ministerio Público actúan los fiscales generales Michel Horacio Salman y Darío Illanes; los querellantes serán Miguel Angel Morales por la Organización Tiempo Latinoamericano; Pedro Goyochea y Mirta Sánchez por el Obispado de La Rioja y Guillermo Díaz Martínez por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.
El asesinato de monseñor Enrique Angelelli ocurrió durante la dictadura militar, cuando el entonces obispo de La Rioja regresaba desde la ciudad de Chamical, donde había participado de una misa en memoria de los sacerdotes asesinados y que pertenecían a su diócesis Carlos Murias y Gabriel Longueville.
Angelelli viajaba en una camioneta Fiat 125 Multicarga junto al sacerdote y amigo personal Arturo Pinto cuando a la altura de Punta de Los Llanos (100 kilómetros al sur de la capital), según testigos y el mismo Pinto, un automóvil de color blanco que supuestamente era un Peugeot 504 se cruzó por delante de la camioneta lo que provocó que la camioneta saliera de la ruta y volcara.
Producto del vuelco, Angelelli salió despedido y falleció prácticamente en el acto, en tanto que Pinto quedó dentro del vehículo inconsciente. El cuerpo del obispo quedó sobre la ruta y es allí donde las versiones indican que los ocupantes del automóvil blanco bajaron y le dispararon en la nuca.
Los dos imputados que llegaron vivos al juicio están acusados por el asesinato de Angelelli y el intento de asesinato del sacerdote Pinto, testigo clave del caso para desbaratar la versión oficial de la dictadura de que la muerte del obispo riojano se produjo en un accidente automovilístico. Esa versión de la dictadura, aceptada durante años por la jerarquía eclesiástica, pretendía que Angelelli y Pinto se accidentaron.
No obstante, Pinto declaró que después del vuelco, tras haber permanecido inconsciente en el lugar, vio el cuerpo de Angelelli a poca distancia con signos de lesiones graves en la nuca. La autopsia confirmó que Angelelli murió a consecuencia de un golpe de elemento contundente en el hueso occipital, además de haber sufrido otras heridas y lesiones, incluida la fractura de varias costillas.
El juicio por el homicidio de Murias y Longueville concluyó en diciembre de 2012 con la condena a prisión perpetua de Menéndez, Estrella y el policía Domingo Benito. Archivada durante la dictadura, la causa por el asesinato de Angelelli fue reabierta en 1986 en La Rioja, pero se frustró a raíz de las leyes de impunidad, derogadas recién en 2005.
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