Tras su encuentro con el fiscal general, Eduardo Montealegre, Pinzón se refirió a los primeros resultados de la investigación, pocas horas después de que el presidente Juan Manuel Santos dijera que se debía llegar "hasta el fondo" del asunto. La denuncia fue hecha ayer por la revista Semana, que reveló que el espionaje empezó en 2012, poco antes del anuncio del comienzo de las negociaciones, para lo cual los militares usaron como fachada un pequeño local que funcionaba como restaurante y centro de informática a la vez, en un sector céntrico de Bogotá.

La investigación de Semana, que consultó a fuentes cuya identidad no reveló, señala que entre los personajes espiados estuvieron Humberto de la Calle, jefe del equipo negociador, así como Sergio Jaramillo y Alejandro Eder. El espionaje también habría afectado a dirigentes de izquierda que no participan en el proceso de paz y que ya antes habían sido objeto de escuchas ilegales, entre ellos la exsenadora Piedad Córdoba y el congresista Iván Cepeda.

Pinzón señaló que, siguiendo las instrucciones del presidente, se procedió a abrir una investigación disciplinaria por parte de la Inspección General del Ejército, cuyos primeros resultados se conocerán la próxima semana, mientras que la justicia penal militar también comenzará un proceso paralelo.

Las FARC, por su parte, afirmaron que el expresidente Uribe "está detrás" del espionaje. "No se les olvide que Álvaro Uribe (2002-2010) es el enemigo público número uno de la paz en Colombia", dijo Iván Márquez. El jefe guerrillero denunció que "no solamente se está espiando desde Colombia a la delegación de paz del gobierno sino especialmente a la delegación de paz de las FARC" e instó al gobierno de Santos a que actúe "de tal manera que no deje dudas acerca del origen y la intención de este tipo de actividades" que, a su juicio, "disparan" contra el "propósito superior" de la paz.