El legislador massista y exgobernador de Buenos Aires había sostenido que la gente está canchera y se ha puesto conservadora, ha bajado el gasto y tiene miedo de perder el trabajo (y), a lo mejor, está dispuesta a que le bajen el salario".

El senador nacional propuso "no demonizar las paritarias, porque si no, estaríamos reduciendo el problema de la economía" y agregó que el Estado debe poner todos sus esfuerzos en volver al superávit fiscal y dejar de financiarse artificialmente, generando inflación". "El problema no son las paritarias, ni los trabajadores", insistió Sanz, quien pidió "defender los salarios de la inflación, dependiendo del nivel de productividad".

En una entrevista que concedió a Radio América, De Mendiguren, a su turno, argumentó que con la suspensión de las negociaciones se podría aspirar a "mejorar el poder adquisitivo y no el sueldo nominal".