El magistrado que tuvo y tiene a su cargo varios procesos contra represores y civiles que cometieron delitos de lesa humanidad durante la última dictadura señaló que el caso del presunto delincuente asesinado por vecinos en Rosario, Santa Fe, "fue espontáneo, casual y desafortunado", pero subrayó que los siguientes hechos de violencia social "tienen un fuerte proceso de inducción que tiene que ver con la responsabilidad de los medios de comunicación".

"Fueron inducidos por la forma de trasmitir (de los medios). Si no tendríamos que pensar en una casualidad extraordinaria y al no poder ser casuales, son causales", interpretó y reconoció que "el delito es una deuda extraordinaria que tiene el Estado", por lo cual reclamó por "ir hasta el hueso y reconocer el rol de complicidad de algunas fuerzas de seguridad" y consideró que el Estado "tiene que pensar en legislar y contener a la víctima pero no pensar como víctima".