18:20 › MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA

A Massot no le alcanza con culpar a su madre

El informe realizado por la Oficina de Investigación Económica y Análisis Financiero (Ofinec) del Ministerio Público Fiscal, sobre los libros contables del diario La Nueva Provincia de Bahía Blanca, demuestra que Vicente Massot "se desempeñaba en forma permanente" en el periódico cuando se cometieron los crímenes de lesa humanidad que se le imputan.

El portal Fiscales del Ministerio Público Fiscal informó que el estudio de la Ofinec refuta las declaraciones de Massot, quien había negado que desempeñara alguna función en el diario de su familia durante el conflicto laboral que culminó con el asesinato de los obreros gráficos Enrique Heinrich y Miguel Loyola, en 1976. El trabajo revela que el empresario, quien ayer fue indagado por la Justicia bahiense, recibía un salario y firmaba la asistencia a la redacción.

El análisis preliminar, que los fiscales José Nebbia y Miguel Palazzani presentaron anteayer al juez Álvaro Coleffi, estuvo a cargo de la titular de la Ofinec, Judith K÷nig, quien examinó junto con dos contadoras la documentación de 1974 a 1983, secuestrada del matutino bahiense durante el allanamiento realizado en su sede el 8 de abril pasado.

La Ofinec determinó que el ingreso de Massot a la empresa se produjo el 1 de marzo de 1976, aunque el "Registro de Remuneraciones" señala que ingresó el 3 de febrero de 1968. El peritaje judicial indica que el imputado "posee asistencia completa de septiembre a noviembre de 1976 y en octubre de 1977", y añade que "en todos los meses del período se le paga un adicional por trabajos extras".

Los datos se contradicen con las afirmaciones del empresario periodístico, quien señaló ante el juez, el 18 de marzo pasado y en la indagatoria de ayer, que durante 1976 no fue nunca a Bahía Blanca y que empezó a trabajar en la empresa a partir de 1977. "La documentación indica que cobraba el sueldo personalmente y aparece firmando de septiembre a noviembre", confirmó el fiscal Palazzani.

Las peritos destacaron asímismo que Massot declaró que su domicilio legal era Sarmiento 59, de Bahía Blanca, la dirección comercial de la empresa, y que el imputado, quien en 1976 tenía 24 años, "se desempañaba como editorialista", el sexto lugar en el escalafón del Estatuto del Periodista, detrás del director, del subdirector, del jefe de redacción, del secretario general, del secretario de redacción y de los prosecretarios, entre ellos el jefe de noticias.

El estudio comparativo de su salario también revela que hacia 1976 sus ingresos eran 85 por ciento superiores a los de un ordenanza del diario, mientras que en 1977 la brecha se amplió al 435 por ciento hasta llegar al 1427 por ciento de diferencia en septiembre de 1981.

Los documentos analizados tienen importancia debido a que el 1 de septiembre de 1975, en el marco del conflicto sindical con los trabajadores gráficos, La Nueva Provincia publicó un editorial que para los fiscales constituyó la "sentencia de muerte" de los obreros Heinrich y Loyola. El diario denunció en aquel entonces "la labor disociadora de algunos delegados obreros, cuyos fueros parecieran hacerles creer temerariamente que constituyen en verdad una nueva raza 'invulnerable de por vida'".

En abril de aquel año Federico Massot, el fallecido hermano del imputado, le había anticipado en una misiva al delegado del Ministerio de Trabajo que la empresa responsabilizaba a Loyola y a Heinrich, entre otros, del conflicto. "No puede pasar desapercibida la gravedad que implica, en cuanto a repercusión pública, la afectación de un medio periodístico que sirve a la comunicación masiva de la población, y claramente enrolado desde siempre en la lucha contra la subversión marxista", decía Massot en la carta que citaron los fiscales en el pedido de indagatoria.

Nebbia y Palazzani indicaron que, de esa manera, el diario "integraba y subsumía el conflicto sindical en el escenario de la lucha contra la subversión; individualizaba expresamente a Heinrich y Loyola como líderes del movimiento disociador", y "proponía las soluciones propias de una guerra". En este marco, resultan importantes las diez actas notariales que dan cuenta de la actuación de Massot "en el momento más crítico de la huelga de obreros gráficos en 1975".

Para la Fiscalía, aquel conflicto sindical fue el inicio de una cadena de hechos -que incluyen las tareas de inteligencia y persecución sobre las víctimas- que culminó con los homicidios, instigados desde la cúpula que dirigía el diario en junio de 1976.

En la indagatoria de ayer, Massot conoció la reciente declaración del abogado militar Mauricio Gutiérrez, defensor de otros imputados por crímenes de lesa humanidad, quien aseguró en la fiscalía que el exsubcomandante del V Cuerpo, Adel Vilas, le dijo en 1987 que presenció un diálogo entre su jefe directo, Osvaldo René Azpitarte, y la directora del diario y madre del imputado, Diana Julio de Massot, en el que esta última afirmó que "no nos queda otro remedio, Osvaldo, hay que chuparlos (a Heinrich y Loyola) por izquierda".

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