Las condiciones fueron intercambiadas a través de mediadores egipcios, que alcanzaron las propuestas a los diplomáticos palestinos e israelíes. La delegación palestina está en El Cairo desde hace varios días y la israelí llegó el martes y se fue de la capital egipcia antes de la medianoche. Las delegaciones se tomarán un tiempo para analizar las exigencias mutuas.

La delegación palestina está liderada por un miembro de Al Fatah, Azam Al Ahmed, pero también incluye a representantes de Hamas y otros grupos armados de Gaza. El movimiento islamista y el partido laico Al Fatah, de Abbas, firmaron este año un pacto de reconciliación y formaron un gobierno de unidad nacional.

"Sabemos que tenemos un gobierno de unidad nacional que puede encargarse de la conferencia de donantes y de la reconstrucción, pero implementarla sobre el terreno requerirá una cooperación nacional", dijo ayer Issat al Rishaq, dirigente de Hamas y miembro de la delegación palestina presente en el Cairo.

Israel exige como condición para la reconstrucción de la devastada Franja de Gaza que el enclave sea desmilitarizado y las milicias desarmadas. Hamas rechaza esta posibilidad.

Los palestinos reclaman el levantamiento del bloqueo del territorio, que comenzó en 2007, y piden la construcción de un puerto y un aeropuerto, la anulación de las limitaciones a la transferencia de fondos y una ampliación de la zona de pesca. También piden la liberación de prisioneros.

En tanto, el segundo día de tregua se cumplía sin incidentes, informó el ejército israelí citado por la agencia de noticias DPA. A medida que la tregua avanzaba, los palestinos de Gaza fueron saliendo de sus casas o refugios en busca de abastecimiento en una región devastada tras 29 días de ataques israelíes por aire, mar y tierra.

Durante la tregua que enmarca las negociaciones, Hamas no lanza cohetes a territorio israelí e Israel retiró de la franja las tropas terrestres de la "Operación Filo Protector" y las dispuso en posiciones defensivas dentro de su propio territorio. La ofensiva de un mes demolió áreas enteras del atestado enclave costero, costó 1867 vidas palestinas -entre ellas, 400 niños- y provocó 67 muertes israelíes (64 de ellos militares).