Una resolución de la ministra de Defensa, Nilda Garré, dispone que los jefes del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea deberán revisar en un plazo de 30 días "la normativa, reglamentación o criterios de ingreso vigentes en cada fuerza".

El propósito de la medida es "dejar sin efecto las regulaciones que exigen declaraciones respecto de la religión del personal militar o quienes aspiren a integrar dichas instituciones", señaló el Ministerio de Defensa en un comunicado.

Garré recordó que la ley de Protección de Datos Personales establece que "ninguna persona puede ser obligada a proporcionar datos sensibles", como los que "revelan origen racial y étnico, opiniones políticas, convicciones religiosas, filosóficas o morales, afiliación sindical e información referente a la salud o a la vida sexual".

"No hay razonabilidad en la exigencia al personal militar para que declaren su religión dado que no guardan una evidente relación con las necesidades de la vida militar y constituyen un aspecto de la vida privada de las personas", concluyó.

La medida fue recibida con satisfacción por pastores evangélicos, bautistas, rabinos y representantes del islamismo que, en declaraciones publicadas hoy por el diario La Nación, consideraron que será útil para evitar la discriminación en el ámbito castrense.

El Ministerio de Defensa argentino también ha enviado al Parlamento un proyecto de reforma del Código de Justicia Militar que contiene un nuevo régimen de sanciones para las discriminaciones religiosas en las Fuerzas Armadas.

Además, a comienzos de este año había quitado otras restricciones en el ingreso militar, al aceptar aspirantes a oficiales, suboficiales y soldados voluntarios que sean casados o tengan hijos, dos circunstancias que antes llevaban al rechazo de postulantes.

En el marco de las reformas en las Fuerzas Armadas también se eliminaron los requisitos físicos que no tuviesen que ver con aptitudes necesarias para el trabajo castrense, como alturas o pesos, si no interfieren con las labores encomendadas.