"Yo tampoco puedo ser una 'homeless'", advirtió, en réplica a los ataques del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, quien puso en duda las explicaciones de la dirigente respecto de sus medios de vida, y aseguró que, "en relación a mi patrimonio, a mí me pueden dar vuelta del derecho y del revés y no me sacan un peso".

Por otra parte, renovó sus ásperos cuestionamientos contra el ministro de Planificación, Julio de Vido, ("el funcionario más sospechado de corrupción", afirmó), y advirtió sobre la nueva cartera que va ocupar el actual ministro del Interior, Aníbal Fernández, cuando Cristina Kirchner asuma la Presidencia: "tenemos que tener muy abiertos los ojos en el Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos", deslizó.

En declaraciones a radio Continental, a su retorno de Punta del Este, y tras ratificar su decisión de volver a postularse a la Presidencia "en caso de ser necesario", Carrió le respondió a particularmente a Fernández, quien dijo encontrar incongruencias entre los ingresos declarados por la chaqueña y su alta calidad de vida.

En rigor, frente a la embestida oficial de días pasados, la ex candidata aseguró cobrar seis mil pesos mensuales por dar clases en el Instituto Hannah Arendt -que ella misma fundó-, y que cuatro diputados del ARI le entregan cinco mil más, en concepto de donaciones.

Al reivindicar su decisión de no ejercer su profesión de abogada por "cuestiones éticas", Carrió justificó la colecta que recibe de esos legisladores: "Al no poder ejercer la profesión y no tener ni siquiera parte de los ahorros que antes tenía de honorarios, puedo ejercer la docencia, puedo ayudar, pero me tienen que ayudar", subrayó.

"Así es el caso de Illia que hasta el pueblo le compró la casa", destacó sobre este punto e insistió: "Yo no tengo dinero, podría mucho dinero ejerciendo mi profesión, pero no me parece ético hacer eso. ¿Se imaginan yo firmando un recurso extraordinario ante la Corte y después evaluando a la Justicia?", preguntó.

Carrió atribuyó las ásperas críticas de la Casa Rosada en su contra a las declaraciones que hizo a poco de anunciarse el nuevo gabinete de la presidenta electa: "Permanecen los mismos ministros corruptos de la gestión anterior", había disparado la ex candidata.

Al volver a defenderse de esos ataques, la líder de la Coalición Cívica sostuvo que "siempre digo que los periodistas entran hasta en la heladera de mi casa y saben que no hay nada".

Y en cuanto a los recursos que recibe de parte de diputados del ARI, insistió: "Me parece ético, lo vi en la infancia; yo vi como muchos amigos ayudaban a muchos políticos que se habían empobrecido; en ese momento la gente se empobrecía como es mi caso y no me parece no ético que no me puedan ayudar".

Por último, repitió que, pese algunos cambios en materia ministerial anunciados para la próxima administración, "el corazón del poder continúa, nada ha cambiado".

"El ministro más sospechado, imputado de corrupción de todo un gobierno como el caso del de Planificación continúa, y lo que es preocupante es la gravedad de lo que va a ocurrir en el Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos", deslizó.

Esgrimió en tal sentido que "uno puede tener un ministerio donde tenga una persona con altísimos niveles de corrupción y puede cambiar esa persona, esa política -cosa que acá no ha sucedido- y puede iniciar un nuevo camino".

"Pero cuando uno junta a algunos ministerios en algunas personas, que pueden significar un jaque mate a lo poco de justicia independiente que queda, la reconstrucción del sistema judicial tarda años, porque se trata de personas que tienen estabilidad en los cargos de por vida", razonó.

"Que quien maneje la seguridad de la manera en que se maneja, tenga a su vez el control de la justicia, la manipulación de las ternas y esto, además, con el dominio del Consejo de la Magistratura es de una gravedad inusitada para el futuro", finalizó.