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Fuentes allegadas a la investigación indicaron que los magistrados concurrirán a las 11:00 al lugar donde estaba montado uno de los mayores centros clandestinos de detención que funcionaron durante la última dictadura militar que usurpó el poder el 24 de marzo de 1976.

La medida se inscribe en el marco de las últimas diligencias previas a la iniciación del juicio oral y público que comenzará el 6 de octubre próximo y durante el cual los emblemáticos represores Alfredo Astiz y Jorge "el Tigre" Acosta ocuparán los banquillos de los acusados junto a otra veintena de imputados.

Por el secuestro de Walsh -que se juzgará en el mismo proceso en el que investiga el secuestro de las monjas francesas Leonnie Duquet y Alice Domon- también serán juzgados Pablo García Velazco, Jorge Radice, Juan Carlos Rolon, Antonio Pernías, Julio César Coronel, Ernesto Frimon Weber, Juan Fotea y Ricardo Miguel Cavallo.

El escritor fue emboscado por un grupo de tareas de la ESMA el 25 de marzo de 1977, en la intersección de las avenidas San Juan y Entre Ríos; en el metropolitano Barrio de San Cristóbal, cuando intentaba distribuir copias de de su "Carta Abierta de un escritor a la Junta Militar", con motivo del primer aniversario del golpe.

En esa oportunidad Walsh fue gravemente herido y trasladado al centro clandestino que funcionaba en la ESMA y al día siguiente los integrantes del grupo de tareas 3.3.2 atacó a balazos la casa del escritor en la bonaerense localidad de San Vicente, saqueándola y llevándose, entre otros bienes, obras inéditas que luego fueron vistas en la ESMA por otros prisioneros.

La causa fue elevada a juicio oral el 6 de noviembre de 2007 por el juez federal Sergio Torres quien rechazó los recursos de las defensas de los represores al sostener que "en todos ellos se reiteran las mismas acciones legales tendientes a la paralización de la investigación y la desvinculación de los imputados".

Al dictar los procesamientos de los ex agentes de la Armada, Torres sostuvo que "la intención del grupo operativo era capturarlo con vida (hubo un intercambio de disparos) a los efectos de someterlo a torturas para obtener información".

Torres también dispuso que el grupo de represores sea juzgado, además, por la "apropiación en forma ilegítima" de los bienes que el escritor llevaba consigo en el momento de su secuestro y los que se encontraban en su casa de Triunvirato e Ituzaingó, de San Vicente.