Miércoles, 7 de octubre de 2009 | Hoy
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner instó a un debate sobre "un nuevo sistema de ideas que sustituya a un orden que fracasó", al inaugurar la XVI Conferencia Interamericana de Ministros de Trabajo.
En ese sentido, la jefa de Estado dijo que "los problemas del trabajo no son circunstancias de la economía sino consecuencia de ideas que imperaron en los '90 y consagraron el reinado del mercado, la teoría del derrame y la desaparición del Estado".
"La desaparición del trabajo decente no fue consecuencia de un sistema económico, sino de ideas", afirmó Cristina al encabezar el acto en el Palacio San Martín de la Cancillería.
La Presidenta recordó que en este ámbito presentó la moción para que la OIT participara de la cumbre del G-20 en Pittsburg, porque en las dos reuniones anteriores de esa organización "todas las medidas estaban encaminadas a solucionar el problema de los bancos".
"Inclusive, durante la reunión de Londres, junto a Lula discutimos porque se quería incluir como solución a la crisis la flexibilización laboral", dijo.
"Esto fue motivo de rebelión de los sudamericanos, Lula y yo dijimos que no podíamos suscribir el documento, porque no se trataba sólo de una cuestión ideológica, sino que no podíamos retornar a nuestros países", añadió la mandataria.
"Algo absurdo, nadie puede entender como los trabajadores van a estar mejor si empeoran sus condiciones laborales, y si empeoran como vamos a impulsar el mercado interno", sostuvo. "Es una grave contradicción de la lógica capitalista pretender un sistema basado en el consumo a través de reducir el poder adquisitivo de los trabajadores", agregó.
La Presidenta comparó la cumbre del G-20 de Londres con la de Pittsburg. En la primera "se dijo no a la flexibilización" y en Pittsburg "no sólo estuvo la OIT sino que se pivoteó sobre la necesidad del trabajo decente".
"Veíamos la necesidad de que se llegara a la economía real y no sólo solucionar los problemas de los bancos, sino de las empresas y los trabajadores", porque si no "íbamos a conocer lo que era el verdadero impacto de la crisis en la economía real".
"Esto se reafirmó, porque uno de los planteos fue que fondeados los bancos igualmente estos fondos no están llegando a las empresas y se siguen destruyendo puestos de trabajo", señaló Cristina.
La jefa de Estado indicó que "el mercado lo ha complicado todo y el único que aparece a la hora de las soluciones es el Estado".
Señaló además "una curiosa paradoja: mientras más injerencia tomaban los economistas y el mercado, la política y el Estado cargaban con las consecuencias. Todo se desmoronó y tuvieron que venir la política y el Estado".
Al respecto, la mandataria instó a "no ser dogmáticos porque una de las cosas que hemos aprendido es la necesidad de equilibrar los roles que tienen que cumplir el Estado y el mercado".
Dijo que el sistema financiero globalizado "debe atravesar la producción de bienes y servicios porque el dinero no se reproduce a sí mismo". "Pese a la globalización es necesario desarrollar los mercados internos con capacidad adquisitiva de los trabajadores", afirmó.
La Presidenta, por último, remarcó que "las economías emergentes pueden ser las grandes protagonistas del siglo XXI" y al destacar el fortalecimiento de los sistemas democráticos, dijo que "el ejercicio continuado de la democracia permitió profundizar en América latina un crecimiento económico sin precedentes, con el fortalecimiento de los indicadores sociales".
"Defender la democracia es una de las claves del desarrollo de la región", finalizó Cristina.
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