Lunes, 14 de marzo de 2011 | Hoy
El sector nuclear recibió en la jordana un brutal golpe en las plazas bursátiles mundiales, debido al temor de una catástrofe en Japón, que provocó las primeras medidas en Alemania y Suiza de congelar o suspender proyectos nucleares.
Luego de que la canciller alemana Angela Merkel anunciara que suspendía por tres meses la decisión ya adoptada por su gobierno de prolongar la vida de las centrales nucleares en Alemania, y de que la ministra suiza de Energía, Doris Leuthard, confirmara qu esu país "decidió suspender los procesos en curso que conciernen los pedidos de autorización general para las centrales nucleares de sustitución", los principales valores del sector cayeron en las bolsas europeas: en Alemania, EON y RWE, los dos grupos que controlan las 17 centrales nucleares del país -junto con un tercer operador, una filial del grupo público sueco Vattenfall-, perdieron 5,26 y 4,77 por ciento respectivamente.
En la bolsa de Paris, Electricité de France, país donde el 80 por ciento de la electricidad es de origen nuclear, cayó 5,28 por ciento. El ente público nuclear, Areva, controlado por el Estado en un 90 po rciento, cerró la jornada con una muy fuerte pérdida de 9,61 por ciento. El problema no proviene de un riesgo directo para estos grupos de origen galo, muy poco presentes en Japón, sino de un freno a su programa nuclear.
En Wall Street, la mayor baja del índice Dow Jones la registró el conglomerado industrial General Electric, la fabricante de los reactortes de la central de Fukushima, cayó 2,16 por ciento.
Los grupos energéticos que explotan centrales nucleares en Estados Unidos también fueron castigados: Constellation Energy sufrió una baja del 0,89 po rciento; Duke Energy, 1,36, y Exelon cayó 0,63 por ciento. Las mineras Denison Mines, que extrae uranio, perdió 22,49 por ciento, y el grupo de exploración Uranium Energy, 19,18 por ciento.
Aunque se ignoran los verdaderos alcances de la catástrofe nipona, todos los analistas coinciden en señalar dos escenarios posibles, que el recinto de Fukushima resista y las fugas radiactivas sean casi inexistentes, lo que tranquilizará a los mercados, o que se produzca un segundo Chernobyl y todas las acciones de las centrales nucleares se desplomen.
Cabe recordar que la catástrofe de Chernobyl en 1986 paralizó gran parte de los programas de desarrollo nuclear durante más de 15 años, y que ahora solo Alemania o Suiza podrían adoptar medidas similares, teniendo en cuenta las declaraciones de sus autoridades. "No creo que Inglaterra, Francia o China cambien su política nuclear, pero sí es posible que haya retrasos en los proyectos" en este sector, asegura Bertrand Lecourt de Deutsche Bank.
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